Se fue Gabriel García Márquez: Un millón de años de soledad
El escritor, periodista y Premio Nobel de Literatura falleció ayer a los 87 años tras padecer un cáncer linfático. Su partida conmocionó al mundo. La Noticia 1 homenajea al inigualable novelista colombiano con unas humildes líneas.
"Gabo nos dejó solos", tituló un medio europeo. En el día de ayer, Gabriel García Márquez decidió -cuando pudo- irse, y fue un jueves santo como Úrsula Iguarán (que vivió, según habían calculado, entre 115 y 120 años).
El otoño del maestro conmocionó al mundo, al que conocemos, al ordinario, porque el que Gabo creó ya estaba conmocionado por su magistral pluma.
Cien años de soledad lo condenó al éxito universal y le valió el Nobel. Él creía que precisamente no era ése su mejor libro; prefería, por momentos, El otoño del patriarca o El amor en los tiempos del cólera.
Hasta Jorge Luis Borges, siempre reticente a la hora de alabar la obra de sus contemporáneos, había admirado su prosa: Cien años de soledad "es uno de los grandes libros no solo de nuestro tiempo, sino de cualquier tiempo", afirmó el escritor argentino.
Gabo se fue, nos dejó solos, es cierto, pero nos dejó solos con su magia, con la inextricable genealogía de los Buendía, con ese dictador que podía ordenar un eclipse y morir dos veces, con el pobre Santiago Nasar y tantas pero tantas otras genialidades.
Gabo se fue, nos dejó solos, sí, es cierto, pero nos dejó solos en el mundo que él creó para nosotros. Hay una realidad antes y después de Gabriel García Márquez. Hoy, verbigracia, Macondo se nos hace más cercano que Aracataca. Gabo, el revolucionario, vino para cambiar al mundo.
Lamentablemente, nosotros, meros mortales, ya no tenemos quien nos escriba.