Amparo ambiental contra cañones antigranizo
Lo presentarán productores rurales ante la Corte Suprema para que prohíba su uso, habitual en la zona frutiícola del sur bonaeresne, Río Negro y La Pampa. Aseguran que al disipar las tormentas profundizan la sequía.
Los productores agropecuarios del sur de la Provincia de Buenos Aires, La Pampa y Río Negro se quejan de que sus pares frutícolas utilizan cañones antigranizo que disipan las tormentas y profundizan la situación de sequía, perjudicándolos.
Por ello decidieron recurrir a la Corte Suprema de la Nación ante cuyos miembros presentarán un amparo ambiental para que se prohíba el uso de esa tecnología en la zona. La decisión se tomó luego de una reunión en la localidad bonaerense de Villa Iris, donde más de 70 productores aprobaron la idea.
El Abogado Manuel Sáez, patrocinante del productor Edgard Kroneberger, de la localidad bonaerense de Algarrobo explicó que en el recurso lo que se demandará es la aplicación de leyes vigentes: “Hay una ley general de ambiente donde las secretarías de política ambiental de las provincias en las que se opera con este sistema son parte ante quien debe ser solicitada la autorización para el uso de estos artefactos. Invariablemente estas secretarías deben pedir un informe de impacto ambiental. Estos aparatos están diseminados en toda esta área, equipos de última generación que incluso actúan automáticamente sin la autorización de la autoridad de aplicación”.
El uso de estos “cañones espanta tormentas” es denunciado desde hace algunos años por los productores agropecuarios de la región, quienes sospechan que tendrían que ver con los problemas de desertificación que aquejan a la zona producto de la pronunciada falta de lluvias.
El Ingeniero Agrónomo y Meteorólogo del INTA de Río Negro Miguel Tassara aseguró que no está probado que el empleo de los cañones aleje las tormentas de lluvia ni que destruya el granizo, y sostuvo que el sistema sólo se utiliza entre noviembre y marzo.
El uso de los cañones es extendido en la zona. Algunos son de carácter artesanal y otros responden a moderna tecnología. Los productores aseveran que son los culpables de la falta de agua para sus cultivos y que en la zona, las únicas tormentas que se ven son las de tierra.