Asistencia al viajero: ¿Un mal necesario?
Famosas para los viajes al exterior, las empresas de asistencias al viajero suelen tener los mismos vicios que cualquier aseguradora. Mucha facilidad para la hora de la contratación pero muchas complicaciones a la hora de dar respuestas. ¿Son un problema o una solución?
A la hora de viajar al exterior aparece la necesidad de cobertura, ya sea por propia necesidad de sentir algún tipo de seguridad o por una supuesta exigencia de algunos países.
Lo cierto es que para el ingreso a determinadas regiones jamás lo requieren. Sin embargo, la mayoría de los viajeros contratan su asistencia.
Los precios varían, y suelen aparecer con ofertas de importantes descuentos que en realidad no son tales. La contratación es sencilla, y estamos hablando de las firmas más reconocidas del mercado. Un simple pedido de presupuesto en la web generará inmediatamente una catarata de llamados para que se concrete la contratación.
Ahora bien, a la hora de tener algún inconveniente, prima la burocracia y las facilidades en la gestión desaparecen. Dificultad para comunicarse, los mails no son contestados, y las vueltas son infinitas.
Generalmente para temas de salud básicos (como puede ser una consulta a un médico en otro país), la situación puede no ser un gran inconveniente. Ahora para problemáticas más complejas (y más costosas) ya no es tan simple. Además hay que tener en cuenta que siempre que uno necesite usar la asistencia es porque se encuentra lejos de casa.
Las empresas ofrecen otros servicios, como un reembolso por pérdida o demora en la llegada del equipaje. La Noticia 1 constató casos con inconvenientes en este tema, donde las excusas a la hora de pagarle a los clientes se multiplican y la atención se vuelve engorrosa.
Lo mismo sucede en múltiples casos donde la burocracia tiene como objetivo desalentar reclamos. También suelen aparecer cláusulas sorpresivas, siempre con la intención de no brindar servicio al usuario.
Vale destacar que existen casos en que los propios clientes deben afrontar sus propios gastos, por ejemplo, médicos, y luego reclamar el reembolso… Una odisea.
La mayoría de las recomendaciones a la hora de viajar apuntan a la contratación de asistencias al viajero, pero también les desean a los clientes contar con la buena fortuna de no tener que necesitarlas jamás, porque se les convertirá en un nuevo problema.