Comenzó el juicio contra el preso que se hacía pasar por el Juez Oyarbide
Estaba en prisión- en la Unidad Penitenciaria 13- y, a través de llamados telefónicos, daba órdenes a la Policía haciéndoles creer que era el magistrado. Producto de los engaños y estafas agentes policiales habrían sido abusadas sexualmente. El juicio tiene lugar en los Tribunales de Junín.
Haciéndose pasar por el Juez Federal Norberto Oyarbide ordenaba hacer "tareas de inteligencia". El acusado es Jorge Celentano Arce, quien actualmente se encuentra en Sierra Chica.
A Celentano se lo acusa de extorsión y abuso sexual en carácter de partícipe necesario como autor mediato, en siete hechos diferentes, cuyas víctimas fueron, entre otras, tres jóvenes oficiales. Este estafador habría efectuado engaños similares en Luján, San Martín y Caseros.
La investigación arrojó que desde la cárcel de Junín coordinaba con agencias de remises para que pasaran a buscar a las mujeres policías por algún punto, quienes eran llevadas a un lugar determinado para reunirse con un informante.
Al momento de concretarse el encuentro, las víctimas, que eran agentes policiales, tenían que dejar su teléfono abierto para que el preso pudiera escuchar del otro lado de la línea lo que estaba sucediendo. Lo que escuchaba eran pedidos de favores sexuales que pedían los "informantes" a cambio de brindar datos.
Según publica Democracia en octubre de 2015 Celentano llamó desde el penal a la comisaría de Lincoln haciéndose pasar por el juez Oyarbide. Dijo que necesitaba "personal femenino" para una investigación sobre narcotráfico. La agente actuaría en forma encubierta y se reuniría con distintos "informantes" que le darían datos sobre una banda. Además realizó otro llamado haciéndose pasar por un secretario del entonces Ministro de Seguridad, Alejandro Granados.
Tras el encuentro, le señalaban que parte de la información sería entregada si aceptaba mantener relaciones sexuales con el informante. Además, debía llevarle ropa, entre otras cosas, al propio Celentano, con el argumento de que el preso estaba colaborando con el caso.
Un remís pasaba a buscar a la mujer y dos de sus acompañantes – también policías- que se fueron sumando en la investigación del falso juez federal. Según indicaron fuentes de la causa, la agente de la policía linqueña fue violada por el falso informante mientras que dos compañeras fueron abusadas.
Las mujeres mantuvieron cinco encuentros con los falsos delatores. "Además de las mujeres abusadas, el estafador le pedía dinero a los policías para ayudar a encontrar red de narcotraficantes, por lo que estaban obligados a hacer distintas tareas extras de su trabajo. Hicieron mal en creer las órdenes de un juez por teléfono", explicó la Dra. Vanina Lisazo, fiscal a cargo del caso.