Desidia, falta de inversión e inoperancia en la cárcel de Alvear donde se fugaron los Lanatta y Schillaci
"Nos cagó Tolosa", comentaron agentes del Servicio Penitenciario a varios vecinos de General Alvear tras la fuga de los responsables del triple crimen. Un periodista local reveló a La Noticia 1 detalles precisos sobre la historia del penal 30 del que se fugaron los condenados por el triple crimen narco de General Rodríguez. "Era un administrativo", dijo a este portal sobre el custodio Testigo de Jehová que "vio pasar" a los hermanos Lanatta y a Schllaci. La cantidad de reclusos duplica la capacidad inicial, cámaras que no andan, sistemas de seguridad electrónicos en desuso, falta de capacitacion para los empleados del servicio penitenciario confirma el deplorabable estado de un edificio que fue pensado como "modelo" y hoy es la prueba de la desidia que refleja el deplorable sistema carcelario de la Provincia de Buenos Aires
El periodista de General Alvear, ilustró, en diálogo con La Noticia 1, el devenir de la cárcel de máxima seguridad de su distrito intentando comprender el marco en el que se fugaron los hermanos Lanatta y Víctor Schillaci hace más de una semana.
"La construcción del penal costó más de 60 millones de dólares. Se inició durante el Gobierno de Duhalde, en los 90. Lo hizo una empresa francesa, y hubo un plebiscito en la ciudad, que salió favorable con un 75%, pensando en fuentes de trabajo", contó el comunicador.
Y agregó que la firma "demostró ser una empresa muy capaz. Llevó cerca de 2 años la construcción. Veíamos la construcción y nos convenció. Decíamos: 'Esto va a ser infranqueable'. Muros con bases de acero, casetas de control, sistema de monitoreo… Todo funcionaba".
No osbtante, indicó: "Esa cárcel, de máxima seguridad, construida con toda la tecnología y donde todo funcionaba fantásticamente, hoy ya no es la misma: A los 5 años de inaugurada (en el 2000) dejó de ser una cárcel para 900 internos con celdas individuales para transformarse en una cárcel para 1800 reos porque construyeron camas de hierro e hicieron cuchetas, y dejaron de ser celdas individuales. Primer error porque desvirtuó lo que era en origen".
"Y después vino la desidia: La falta de inversión, los sistemas electrónicos que permitían mayor tranquilidad a los trabajadores de ahí dejaron de funcionar, las cámaras de seguridad no funcionan casi ninguna", sentenció.
Y añadió: "Además, hay una enorme cantidad de jóvenes que ingresaron a trabajar al penal que no han tenido una capacitación acorde, y no saben manejar un arma".
Cuando escaparon los hermanos Lanatta y Schillaci, debía haber tres guardias de seguridad y había uno, un joven testigo de Jehová que en un primer momento se dijo que no portaba armas por su religión, pero en realidad lo que sucedió fue que el joven no sabe cómo manejar un arma, como muchos otros empleados del penal, contó y comfirmó que ese agente era un administrativo que ese día fue derivado al lugar, "casualmente".
La frase reveladora y la conclusión de los propios trabajadores del Servico Penitenciario apenas se produjo el escape fue bastante familiar para los vecinos de una localidad en la que todo se sabe: "Nos cagó Tolosa".
Por último, señaló que "ya hubo tres fugas de esta cárcel" y que los ahora prófugos estaban en un sector Vip desde que el programa PPT de Jorge Lanata dialogó con Martín Lanatta. "Pidieron seguridad" y hasta la comida era de privilegio, relató.
Por último vale destacar que la prensa local entendió perfectamente los códigos: "les abrieron la puerta como nada", sostuvo respecto al periodista de Canal 13 que contó con el permiso explícito de los más altos funcionarios del Gobierno de Daniel Scioli. "Nosotros jamás pudimos ingresar", remató en clara alusión a los privilegios con los que contaron para efectuar ese reportaje.