La historia de Lara: Se contagió Covid-19 y ya recuperada se puso al servicio de los aislados
El 19 de junio supo que tenía coronavirus. El sabado 5 de julio recibió el alta y además de agradecerle a médicos, familiares y amigos, aseguró que como ya no podría contagiarse ni contagiar a nadie, se pondría a disposición de quienes lo necesiten. Ya repartió mercadería a las familias aisladas que logró recolectar solidariamente. Su ayudante fue otra joven que también recibió junto a su familia el alta para coronavirus.
Ponerse en el lugar del otro es tener empatía y de ello Lara Gilli, una joven de 25 años y que fue diagnosticada con coronavirus el 19 de junio, entiende y mucho. Se mantuvo aislada y hace pocos días, el pasado 5 de julio, recibió el alta médica junto a su sobrina de 7 años. En lugar de quedarse de brazos cruzados, se puso a disposición de familiares, amigos y cualquier persona que necesitara de su ayuda.
"Ahora que ya no me puedo contagiar ni contagiar a nadie, me pongo a disposición de quienes lo necesiten" expresó y aseguró que haría lo posible por colaborar, ya que ella sabía lo que significaba pasar por esos momentos tan dificiles.
Sin perder tiempo, se puso en campaña para recolectar alimentos y poder entregarlos a familias de la localidad de Río Tala, San Pedro. Tras unos días de recolección solidaria, se dirigió a las viviendas a repartir su bolsa de alimentos, respetando el distanciamiento, las medidas de seguridad, y con su boca y su nariz, cubiertas con un barbijo que dice "recuperada de Covid-19" junto a Jésica, otra recuperada de Covid-19.
Lejos de dejarse ganar por el miedo o la angustia, sentimientos propios de la cuarentena y el aislamiento del mundo, reúne todas sus fuerzas para salir adelante y ayudar a que también otros puedan hacerlo, como ella y su sobrina de 7 años, lograron hacerlo.
La joven había publicado en su perfil de red social una nota de agradecimiento en la que relata cómo atravesó el proceso de la enfermedad, agradeció a los médicos, a sus familiares y amigos, y aseguró: "Un valor que me inculcaron mis padres es aprender de todo lo que me ocurra en la vida. Yo con esto aprendí que tengo que ayudar. Yo soy COVID-19 positivo, ya no puedo contagiarme ni contagiar, ya no soy peligrosa, ¡ja ja! Y me pongo a disposición de quien me necesite".
Gilli publicó su "descargo" en Facebook donde señalaba: "Junto con mi familia me sentí como en el banquillo al cual todos tiraban piedras. Lo publico para que desde mi experiencia podamos aprender a no juzgar, atacar, porque nadie está libre. Ya demasiado el enfermo tiene eso, enfermedad".
"No voy a entrar en discusión quién no se cuidó y demás. Hay un Dios que todo lo ve y él sabrá que hacer. Pero también quiero destacar y agradecer a Dios por sobre toda las cosas, que nunca me dejó sola. Cuando cuestionaron dónde el virus se pegó a mi cuerpo yo supuse que sería cuando cocinaba y repartía viandas a personas que no tenían. No sé sus nombres, porque no se lo pedíamos, demasiado humillante es ir a buscar comida y encima pedirle sus nombres y documentos", relató.
Ahora va por más y comienza una nueva campaña para asistir a sus vecinos. Quienes quieran hacer llegar su colaboración pueden llamar al 3329307088 o directamente en Noseda 1315.
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