Plan Hogar: Indignación por el brutal aumento de las garrafas y los subsidios que no llegan
El Gobierno Nacional anunció días atrás, con bombos y platillos, que las garrafas que utilizan las familias de bajos recursos que no poseen gas natural iban a ser directamente subsidiadas al consumidor. De este modo, los vendedores recibieron la orden de mantener el precio en $97 mientras que los compradores debían recibir un subsidio de $77 por garrafa. Sin embargo, los precios se dispararon muy por encima de lo establecido, alcanzando los $170, y muchos vecinos nunca recibieron el depósito por parte del Estado. Afirman que la decisión de Cristina Fernández de Kirchner los perjudicó, ya que ahora deben pagar mucho más que antes por el gas envasado. Denuncian que no existen canales para realizar reclamos.
La Presidenta de la Nación anunció por cadena nacional días atrás el lanzamiento del programa Hogar, con el objetivo principal de terminar con la especulación de los vendedores de garrafas. En este sentido, el Gobierno decidió subsidiar al consumidor y no a las empresas, ya que éstas no respetaban los precios establecidos.
Según indicaron desde organismos nacionales, como Anses, aquellas personas que ya recibían un beneficio del Estado o están percibiendo jubilaciones o pensiones, iban a obtener el subsidio de $77 de manera automática, mientras que el resto debía realizar un simple trámite con el fin de que se le abra una cuenta bancaria para que se le efectivicen los depósitos mes a mes.
Por otro lado, el Gobierno fijo el precio de la garrafa de 10 kilos en $97. Sin embargo, nada de esto sucedio de manera plausible. Los valores del gas envasado se dispararon hasta llegar a los $170 (antes se conseguían a menos de la mitad) a pesar de que desde el área de Energía amenazaron con multas.
Además, La Noticia 1 constató que en diferentes regiones de la Provincia y del interior del país, gran cantidad de personas, incluyendo jubilados que cobran la mínima, no recibieron el subsidio que comenzó a abonarse esta semana.
Los vecinos se mostraron indignados y también se quejaron por la ausencia de canales institucionales para elevar sus reclamos. Algunos se mostraron, no obstante, esperanzados con que el Gobierno aceite los mecanismos rápidamente y corrija errores a la brevedad, ya que la situación perjudica al grupo social más vulnerable.