Este emprendimiento nació en 1896 de la mano de su fundador Domingo Badino. La férrea voluntad de crecer, vinculando el alma familiar con el amor a la nueva tierra, hizo que con esfuerzo y sacrificio, los primeros años vean crecer la Empresa con la mejor tecnología de la época y con verdadera vocación de futuro.

En 1918, ya siendo fiel proveedor del Mercado local, Molino Argentino realiza su primera exportación a Brasil, proyectando su destino internacional para continuar atendiendo con el 80 % de su producción las necesidades internas del país.

En ese mismo año fallece Don Domingo, y nace un nuevo desafío, consolidar la Compañía, asegurar su crecimiento, crear nuevos empleos y desarrollar el compromiso social transmitido por su Fundador.

Las nuevas generaciones cumplieron con todo, afirmaron las bases, crecieron sólidamente y generaron lazos sociales con la Comunidad.

Luego de sucesivas ampliaciones e incorporación de tecnología de avanzada llegó el momento más trascendente de su historia: el traslado de la Planta al partido de Luján, en la localidad de Open Door, su actual locación.

Molino Argentino se encuentra hoy, en una ubicación estratégica inmejorable para recibir materia prima, proveer harina al mercado local, además de contar con un rápido acceso a rutas internacionales y puertos.