Asesinato del policía en San Pedro: Todos los detalles del crimen de Juan Gabriel Reyna
El oficial fue asesinado de dos disparos efectuados con su propia arma, por parte de un delincuente oriundo de Arrecifes, que gozaba del beneficio de la prisión domiciliaria. Fue identificado como Facundo Díaz, mientras que su cómplice, de Munro, es Mario Rubén Domine Sieben. Los compañeros de la fuerza manifestaron su bronca y apuntaron contra la falta de recursos para el equipamiento. Vecinos de la ciudad comandada por Pablo Guacone convocaron a una movilización al Municipio. Los restos de Reyna son velados en San Nicolás, ciudad de donde es oriundo el fallecido policía.
Un hecho de características insólitas sorprendió a la ciudad de San Pedro el martes por la tarde, en pleno centro. Fue en Mitre al 900, donde dos delincuentes armados entraron a la joyería Taibo, maniataron a su propietario y se tirotearon con la policía. El resultado fue un efectivo fallecido, otros dos heridos, una persecución hacia otro negocio, donde rompieron la vidriera, y un operativo en el edificio Mitre, donde se refugió uno de los ladrones y fue atrapado.
Un reclamo generalizado de los compañeros del policía ultimado y la queja de una población que se mostró consternada por el hecho fueron parte de múltiples manifestaciones de bronca que se sumaron al del luto de la familia policial y de los vecinos de la ciudad, muchos de los cuales aplaudieron el accionar de los oficiales que detuvieron a los delincuentes mientras su compañero agonizaba en el Hospital.
Todo comenzó en una joyería, a la que los delincuentes entraron con fines de robo. Alertada la policía, un móvil llegó al instante. Allí comenzó un tiroteo en el que resultó herido Juan Gabriel Reyna, de 40 años, quien murió en el Hospital tras recibir un disparo en el abdomen y otro en el rostro.
"Veníamos por calle Mitre, venía un patrullero a fondo, se bajó una policía con una Itaca en la mano y entró a Taibo, en eso el ladrón le arrebató el arma y empezó a tirar tiros a un policía que estaba en el piso, al que le habían pegado un tiro en la cabeza", contó una testigo.
Los delincuentes salieron corriendo del lugar, perseguidos por policías que escucharon por radio que necesitaban apoyo y a gran velocidad llegaron al lugar de los hechos. A pie, corrieron a los ladrones. Uno ingresó en una zapatería rompiendo la vidriera del negocio y allí fue atrapado por dos efectivos policiales, con varios cortes en el rostro y el cuerpo.
El otro ladrón siguió corriendo y se metió en un edificio. Hacia allí llegó un gran operativo policial, con los efectivos muy enojados producto de la situación. Ya sospechaban lo que luego confirmaron, puesto que sabían que el estado de su compañero era muy crítico.
Los policías, con el Jefe Distrital Dante Paolini y el titular de la Comisaría Fabián Gallo a la cabeza, ingresaron al edificio Mitre, donde el ladrón entró armado y fue apresado en el último piso, en el sector de depósito, en medio del susto de los habitantes de esa torre de departamentos.
Paolini volvió al edificio junto a otros policías para secuestrar el arma que el ladrón había arrojado y resguardar la escena de la detención. Instantes después salió llorando. Lo mismo se veía en los rostros jóvenes de los efectivos, que con lágrimas en los ojos y la rabia contenida en sus bocas apretadas daban cuenta del triste desenlace.
Los delincuentes fueron identificados como Facundo Díaz, de Arrecifes, y Mario Rubén Domine Sieben, de Munro, partido de Vicente López. El primero, quien fuera apresado en el comercio, fue señalado por los testigos como el autor del disparo homicida. Ambos habrían sido "aguantados" en San Pedro desde hace una semana por un reconocido delincuente al que la policía persigue hace tiempo y al que otros malvivientes se la tienen "jurada". Ese sería el tercero en cuestión, que habría oficiado de campana para el robo y que logró huir cuando comenzó el tiroteo. Además investigan la existencia de un cuarto delincuente, quien habría sido el chofer de los ladrones.
Herido de muerte
En la Guardia del Hospital, el Jefe del Servicio Pablo Picchioni dio detalles de cómo llegaron los heridos a ese lugar. "Hicimos estudios e intentamos recomponer la situación, pero la herida de arma de fuego en el abdomen es la que le ha provocado el fallecimiento, porque ciertos proyectiles generan un verdadero destrozo en los órganos internos", detalló sobre Reyna.
Los otros oficiales heridos son Patricia Melgar, de 33 años, y Miguel Coronel, de 30. "Él recibió herida de arma de fuego que lo rozó en región frontal y cuero cabelludo, la chica tiene herida también en el cuero cabelludo, producto de golpes, pero están bien los dos", precisó Picchioni.
El médico contó que Reyna tenía un balazo en el pómulo derecho, en pleno rostro, y otro en el abdomen.
El Servicio de Emergencias 107 había llegado a la zona del hecho para asistir a los heridos y se encontraron con Reyna "totalmente shockeado, con una herida que le provoca mucha pérdida de sangre". Picchioni detalló que "llegó a la Guardia con signos vitales mínimos, entró al quirófano para intentar animarlo y lamentablemente ya no se pudo hacer nada".
Los compañeros de Reyna profundizaron su malestar y alertaron que uno de los detenidos, ambos foráneos, estaría cumpliendo una condena con salidas transitorias, lo que hizo crecer la bronca entre los policías. "Los detenemos y los sacan enseguida", se quejaron.
Reclamos policiales
Este es al menos el 29° policía ultimado en lo que va del año en la provincia de Buenos Aires. No sólo ello explica la reacción de los compañeros de Reyna, que apuntaron contra la Justicia y contra el Gobierno provincial, en cuyo Ministerio de Seguridad las autoridades municipales y las organizaciones que trabajan en la materia reclamaron incansablemente por refuerzos, elementos, patrulleros y hasta chalecos antibalas.
En la zona del hecho, los fiscales Gabriela Ates y Marcelo Manso se hicieron presentes para recabar testimonios, mientras se desarrollaban las tareas periciales.
El cuerpo de Reyna fue trasladado a la morgue de San Nicolás para la correspondiente autopsia. Mientras tanto, sus compañeros que vieron salir la camioneta de Policía Científica con el cuerpo repitieron la queja: "Esto no da para más, están todos los chalecos vencidos, de los móviles no sirve ninguno, la municipalidad no tiene plata y te dan 20 litros de combustible por día; esta es la gota que rebalsó el vaso".
La queja también apuntó al Fiscal Manso, que había convocado a unos 40 efectivos para una rueda de reconocimiento, lo que dejó a la ciudad con apenas un patrullero, el mismo que a la mañana había pedido una batería prestada para circular.
Para acompañar el reclamo policial, los vecinos pidieron concentrarse en una movilización desde las 19.30, partiendo desde la Comisaría hasta la Municipalidad que gestiona Pablo Guacone.