Caso Ciccone: Quién es Capdevila, el testigo clave que dejó el país tras ser amenazado
Su testimonio complicaría al Vicepresidente. Nacido en San Pedro. Abogado. José Guillermo Capdevila fue Director de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Economía. Le recomendó a Boudou que no avalara la moratoria que favoreció la quiebra de la empresa. Nunca pudo declarar ante el Juez. Amenazado, optó por irse de la Argentina.
José Guillermo Capdevila, era Director de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Economía de la Nación y fue él quién le recomendó a Bodou (en ese entonces Ministro de Economía) que no firmara el documento que favoreció la quiebra de Ciccone Calcográfica.
Es hijo de José Antonio “Pépún” Capdevila, un abogado que desde el Gobierno de Onganía en adelante tuvo un contacto fluido prácticamente con todas las gestiones. Muchos lo recuerdan en la ciudad de San Pedro por haber sido quien los ayudó a conseguir su primer trabajo, como se recuerda a tantos otros políticos.
Capdevila hijo ingresó al Estado durante el Gobierno de Carlos Menem. Trabajó en el ente regulador de los correos, la Secretaría de Comunicaciones y luego recaló en el Ministerio de Economía.
Quienes lo conocen aseguran que luego "boyó por diversas oficinas", hasta que en 2004 su nombre apareció en los diarios como "asesor de Julio De Vido".
Sobre 2010 fue nombrado Director General de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Economía, cuando le tocó estar cerca de Boudou y el caso Ciccone, que ahora es materia de investigación judicial.
Gracias a sus conexiones políticas y su cargo en el Estado, colaboraba con quienes necesitaban un trabajo para poder desarrollar sus estudios universitarios en Buenos Aires. "Siempre dio una mano", aseguraron.
Si bien Capdevila es un testigo clave en la investigación que involucra a Amado Boudou, nunca pudo declarar ante el Juez Lijo. Tras recibir amenazas dejó una carta en la expone los motivos por los que dejó el país.
En el escrito sostiene haber sido amedrentado "en la cara por dos sujetos desconocidos en la vía pública" y por "seguimientos muy sospechosos y repetidos hechos a familiares en vehículos" a lo largo de la ciudad de Buenos Aires, donde residía.
"Nadie del Gobierno, ni de la Justicia, ni de las fuerzas de Seguridad, ni de la oposición se ha puesto en contacto conmigo para darme apoyo y mucho menos protección alguna (a los que les corresponde), como se le debería dar a un testigo (llamado clave) amenazado en una causa de tanta relevancia institucional" continúa.
"Temo por mi vida y nadie de los que tienen la responsabilidad institucional y moral fueron capaces de cuidarme" asegura y cierra el texto reflexionando: "Qué triste que todo esto pase en Democracia".