Olavarría: Habló la compañera de la joven muerta de un escopetazo
Jésica Migliavacca de 20 años falleció tras recibir un escopetazo en la cara, de manera accidental, tras la manipulación del arma en una discusión. La otra chica que viajaba en el auto dio su testimonio acerca de lo ocurrido el pasado miércoles.
En la noche del 23 de marzo, en vísperas al feriado nacional, varios jóvenes decidieron aprovechar para salir con sus amigos. Jésica Migliavacca quería salir pero no tenía con quién. "Ese día estábamos chateando y me puso que no tenía con quien salir. Entonces le dije 'bueno a la medianoche nos juntamos'", explicó Antonella Veneciano, quien estaba en el mismo auto que Migliavacca en el momento en que ésta perdió la vida. Era la primera vez que salían juntas.
Veneciano contó al portal Infoeme qué fue lo que sucedió esa noche cuando a la salida del boliche, acompañada por Migliavacca y Oscar Avendaño, el propietario del arma, descubrieron que el espejo retrovisor del auto Volkswagen Gol del conductor estaba roto. En la vereda de enfrente, un grupo de jóvenes "le gritaban cosas" y, aparentemente, eran quienes habían roto el espejo. Avendaño cruzó y tuvo un intercambio verbal que derivó en golpes de puño con Maximiliano Urrutia, otro de los protagonistas del episodio. Finalmente, Avendaño se subió al auto, y junto con Migliavacca y Veneciano abandonaron el lugar.
“Yo no recuerdo mucho porque habíamos tomado bastante”, reconoció Veneciano. De todas maneras, aseguró: “Intenté calmarlo porque Abel (Avendaño) estaba nervioso y había tomado bastante, al igual que Jesica y yo”. La joven explicó que dieron una vuelta para tranquilizar los ánimos y en la esquina de Belgrano y Lamadrid se volvieron a encontrar con Urrutia, quien había protagonizado un accidente de tránsito.
Según contó la joven, Avendaño bajó del vehículo, abrió el baúl y extrajo de allí una escopeta. Se dirigió hasta donde estaba Urrutia, y comenzaron a discutir. "Ellos empezaron a forcejear y Abel le dijo a Maxi: 'No, que está cargada', y yo me agaché”. Veneciano dijo que escuchó el ruido del vidrio que se rompía pero que no se le ocurrió mirar para atrás para ver a Migliavacca, sino que se bajó del auto y fue a separar a los jóvenes. Finalmente convenció a Avendaño de subirse al auto.
“Nos subimos al auto y no nos habíamos dado cuenta de que la chica (Jesica) estaba muerta. Cuando miré hacia atrás, vi que le sangraban los ojos, la boca y los oídos. Le tomé el pulso y no pude hacerle respiración porque estaba bañada en sangre”, relató. De allí se dirigieron a la clínica, aunque Migliavacca ingresó ya sin vida.
Tanto Veneciano como Avendaño fueron detenidos, aunque ella fue liberada horas después. "El alcohol tuvo que ver; si no hubiésemos estado alcoholizados, Abel no hubiera sacado un arma", aseguró y agregó: "Cuando me acuesto escucho todo lo que pasó una y otra vez. Esto me genera un quiebre para pensar a futuro todo lo que hago y con quién me junto".