Pantalla Pinamar 2017 Dia 7: Pantallas y guardapolvos blancos
En su séptimo día el festival sigue haciendo historia y mientras se esperan los ganadores y la fecha de realización del año que viene, los docentes dan un marco adicional y contrastante.
Para que negarlo, quedan dos días de festival y si bien hay material riquísimo para compartir en materia cinematográfica, hay contextos insoslayables sin dudas.
Había chicos en la calle ayer a la mañana. Chicos que iban de la mano de la madre a hacer las compras por ejemplo o jugando por ahí cuando en realidad deberían estar en el colegio. El paro docente también es parte del marco coyuntural actual en Pinamar. La postal contrasta claramente y aunque la ficción sea un reflejo de la realidad, cualquiera que circuló por Bunge y dobló por Shaw para ir a ver una película vio a los docentes en esa esquina donde está la Municipalidad de Pinamar. Emulando a Charly García: “Yendo del hotel al cine / sientes la protesta”
Divertida primera charla en la sala de reuniones del Algeciras. Casi todos los directores de los cortometrajes presentados ayer (dos de ellos realmente muy cómicos) hablan de este pequeño mundo de la realización. Todavía se van pasando el freesbee rosa como amuleto para perder el temor a hablar en público.
La atención la acaparó la gente de Pinamar, en especial el dire Federico Godfrid contando parte del largo proceso que supuso llegar a la instancia de tener una historia para contar. "Me gusta partir de un lugar. Encontrar un lugar que me dispare algo y cuando lo encuentro, ahí empiezo a buscar la historia." El guión, con pinceladas autorreferenciales, fue escrito por Lucía Müller pero como suele suceder casi siempre, hay muchas versiones Hasta llegar a la definitiva.
Se adivina una historia poderosa en Volodia y digo se adivinar porque es una de las ocasiones raras en las cuales se habla de la película antes de verla, salvo por aquellos que pudieron asistir a la función que se organizó en el Micro cine del INCAA. La historia semi documental se relaciona con un inmigrante Ruso. La proyección será el sábado por la tarde.
Otro momento fue para Gaizka Urresti el director vasco que presentó Bendita calamidad y habló de lo difícil que es hacer humor y de lo sorprendido que estaba de la reacción del público local que se reía con los mismos gags que el de España.
Otro plato fuerte lo puso la comitiva de El peso de la ley. Fernán Mirás pudo exponer sus sensaciones frente a su primera experiencia detrás de las cámaras. Todo funciona bien en esta película que se originó merced a un expediente judicial que Roberto Gispert, el productor (y abogado, de ahí el gen de la historia), tomó como base para escribirla. Aunque la tarea más difícil parecen haber sido los diez años que le llevó convencer a Fernán para que la dirigiese.
La recepción en donde todos charlan con todos estuvo a cargo de los embajadores nórdicos. Suecia, Noruega, Dinamarca y Finlandia tienen dentro de la programación un jugoso combo.
Ya en la sala Oasis 1 y 2 la nostaliga en el cine la puso Daniel Tinayre y las hermanas Legrand con la proyección de Bajo un mismo rostro. Volví a ver esta película y también hice lo propio con Soldado argentino sólo conocido por Dios, el peliculón de Rodrigo Engler que más me ha acercado a la Guerra de Malvinas. Fabulosas la sueca Esta es mi sangre y la alemana Toni Erdmann. En medio de ellas, se presentó El faro de las orcas con el gran Luis Puenzo sentado en la platea.
Se vienen los últimos momentos y el anuncio de los premios. El festival está en la recta final. Hay un rumor que nadie quiere hacer grito. No está bueno, pero vamos esperar los anuncios.