Polémica por abusos de Gendarmería en Rosario: Represión, tortura, autoritarismo y estado de sitio en los barrios
En el marco del escándalo a nivel nacional por el video del "Gendarme Carancho", que puso en alerta a la población sobre las irregularidades en el accionar de la fuerza de seguridad, La Noticia 1 estuvo en Rosario a raíz de las múltiples denuncias de excesos por parte de Gendarmería, que llegó a la ciudad gestionada por Mónica Fein buscando paliar los altísimos niveles de delincuencia, homicidios y la guerra narco. La inseguridad no mermó, pero preocupan los graves abusos de los uniformados.
En el marco del avance del delito en los principales centros urbanos del país y la ineficacia en ciertas políticas para paliar este flagelo, Gendarmería se constituyó en la fuerza con mayor imagen positiva, ya que tanto las policías provinciales como la Federal han dado sobradas muestras de connivencia e ineptitud.
En este sentido, los vecinos de Rosario vieron con buenos ojos la llega de los gendarmes de la mano del Secretario de Seguridad Sergio Berni a la ciudad, que cuenta con el triste récord de tener la mayor cantidad de crímenes en Argentina, con una tasa de homicidios que cuadriplica la media nacional, con oficiales procesados, un exjefe policial preso, una guerra narco sin precedente y robos y asaltos a la orden del dia.
Sin embargo, la esperanza que generó el desembarcó de la fuerza federal rápidamente se desvaneció al advertir no sólo que el delito no disminuía sino que además abundaban los excesos de los uniformados contra la población.
Abuso de autoridad
La Noticia 1 llegó a la ciudad santafesina y se entrevistó con vecinos de diversos barrios, quienes comentaron que en un principio creyeron sentirse "más seguros" con los gendarmes patrullando, pero luego encontraron que la fuerza generaba un problema en sí. Una persona relató que es común ver gendarmes golpeando jóvenes sin motivo alguno. "Días atrás, le pegaron a un pibe porque tenía aritos, no había hecho nada; lo empezaron a molestar por los aritos y a los sopapos lo obligaron a quitárselo".
Denuncias como éstas abundan en la periferia de Rosario, y hasta los concejales de la ciudad se hicieron eco de las mismas, aunque el tema no fue más allá de lo discursivo.
Otro vecinó narró a este medio que gendarmes se subieron a un colectivo para pedir el DNI a los pasajeros. Una persona no lo llevaba consigo y éstos lo amenazaron con arrestarlo. "No pude ver cómo terminó la cosa ya que tuve que bajarme, pero lo trataron mal y constantemente lo apretaban con detenerlo por no tener documento, como en la época de la dictadura".
Torturas
Un oficial de Gendarmería, que prefirió no dar a conocer su nombre, indicó, sin inmutarse, que apresaron a una persona "que había golpeado a una mujer". "Le pusimos una bolsa en la cabeza y le dimos hasta que se cagó y se meó encima. Lo tuvimos un rato largo. Después lo largamos; no lo volvimos a ver más por la ciudad".
Y agregó, sorprendido: "Y nos denunciaron a nosotros, no se puede creer".
El episodio del "Gendarme Carancho" días atrás en Panamericana dio el alerta de que la fuerza estaba fuera de control, pero los vecinos de Rosario ya vienen padeciendo desde hace tiempo estas prácticas ilegales.
Estado de sitio
Otro accionar común de Gendarmería en Rosario es la instalación de una especie de estado de sitio en los barrios. Es común encontrar relatos que indican: "Los gendarmes te dicen que después de las 00.00 no podés estar en la calle".
Un testigo señaló que se hallaba una noche con un amigo, charlando al aire libre, cuando llegaron los uniformados. Los interrogaron y los mandaron, no muy amablemente, "a dormir". Su amigo se negó y expuso sus argumentos, pero los gendarmes lo terminaron "moliendo a palos".
Críticas
Además de los graves abusos, los gendarmes comenzaron a perder la imagen que tenían en Rosario cuando los vecinos alertaron que el delito nunca disminuyó y, menos aún, la guerra narco. En los últimos días, dos crímenes con sello mafioso cristalizaron que la problemática está lejos de superarse.
"Éstos (por los oficiales) vinieron para molestar a los pibes, pero los narcos grandes siguen siendo intocables en la ciudad", aseveró un vecino.
En lo que va de 2014, en el departamento Rosario, se registraron alrededor de 180 asesinatos y la instalación del narcotráfico en la ciudad ha trascendido las fronteras del país, llamando la atención de medios de prensa y analistas del extranjero a raíz de la ferocidad del fenómeno que parece no encontrar resistencia.