25 años sin el "Pato" Morresi: "Tuve sólo 11 años para conocer a mi papá y hoy a los 36, sigo conociéndolo"
Recordó a su padre en una charla con Lanoticia1.com a días del reconocimiento que el “Pato” tendrá en la localidad. El pasaje de la rotonda de la plazoleta Fray Cayetano Rodríguez conocido como “medialuna” llevará el nombre del piloto local. “A mi viejo lo veía pasar y quería que llegue primero siempre”, expresó.
Por Javier Cappiello
Este último jueves no fue otro como los demás para Juan María Morresi. Alejado solo un poco del Turismo Carretera al que mira de reojo desde su niñez, luego del fatídico accidente de su padre Osvaldo, recordó a uno de los últimos ídolos de la década de 1990 de la máxima categoría del automovilismo nacional. En una entrevista concedida a Lanoticia1.com, el hijo del “Pato” revivió distintos momentos de su vida con uno de los pilotos más emblemáticos que tuvo Chevrolet, a 25 años de su fallecimiento en el semipermanente de “18 de septiembre”, en la ciudad de La Plata, en 1994.
Además, este domingo se llevará cabo un reconocimiento al corredor en su ciudad natal, San Pedro. Tras una ordenanza aprobada por el Concejo Deliberante para que el pasaje de la rotonda de la plazoleta Fray Cayetano Rodríguez conocido como “medialuna” lleve su nombre.
¿Qué recuerdos tenés de tu papá?
“En lo personal lo recuerdo mucho y en la etapa deportiva tengo varios videos que nos manda la gente recordándolo. Además del buen padre que fue tanto para mi hermana como para mí, al estar pendiente por nuestro bienestar, me quedo con el cariño que nos brindó pese a sus tiempos y de tener que ir a probar el auto o correr un fin de semana. O tal vez, en su último tiempo, cuando le tocaba viajar por temas laborales, siempre estuvo de alguna manera”.
¿Cómo era el “Pato” Morresi debajo del auto?
“Tuve 11 años de mi vida para conocerlo y lo hice en 36, con lo que la gente nos envía y nos fue contando sobre cómo era con la familia y amigos. Nos queda orgullo y tranquilidad más allá de lo que hizo como deportista, sin diferenciar clases podés hablar tanto con gente muy humilde o de otro nivel social y todos lo hacen de la misma manera. Nunca tuve que escuchar algo malo en ese sentido, deportivamente por obviedad le podía gustar a algunos como no, pero oír lo que era abajo del auto es lo más lindo que uno puede escuchar como hijo”
¿Solías acompañarlo a todas las carreras?
“Si bien no viví demasiado la etapa del Turismo Nacional porque era muy chico, arrancó su carrera en el Turismo Carretera cuando a mis dos años. Tengo más presente la década del 90, hasta 1994 cuando fue el accidente, lo recuerdo como si hubiera sido hace poco tiempo. La familia solía ir a las mayorías de las carreras, algunas veces se me complicaba porque jugaba al fútbol, pero éramos de acompañarlo”.
¿Cuál de sus carreras te quedaron grabadas en la memoria?
“Tengo mi preferida y creo que debe haber sido también la suya: la de Buenos Aires en 1990, es la que le gana a Castellano en la horquilla del autódromo por todo lo que significaba en ese momento ‘Pincho’. Coincidía que era un campeón del TC, Ford contra Chevrolet, fue una carrera bastante peleada hasta que con un toque en la última curva termina ganándola. Además, era su primera vez en Buenos Aires, que es como la catedral del automovilismo nacional. Yo estaba en la tribuna con unos amigos, desde donde se veía el ‘curvón del Saloto’ y la ‘S de Ciervo’. Cuando lo vimos pasar por la recta final fue inolvidable. Las tribunas se llenaban de gente, aunque no sé si hoy sucede porque no veo tanto el TC, pero en ese momento tenías que buscar un lugarcito y verla como podías. Ese va a ser mi mayor recuerdo a que el respecta”.
Contabas que actualmente miras poco el Turismo Carretera…
“Lo miro muy poco, hasta hace unos años atrás, fui a alguna carrera. Pero hoy tal vez no estoy tan interiorizado con el TC, lo que no significa que me disguste. Cuando hay una carrera en la televisión la veo, me refiero a que no me despierto a ver las series ni la final. A veces no se quien está peleando el campeonato. Deje de ver automovilismo hace un tiempo por una cuestión de la vida misma y de uno, no por otro motivo".
¿Pese a la obviedad de la pregunta elegís Ford o Chevrolet?
“Siempre tuve el cariño por Chevrolet, más allá de no ser un fanático. En ese momento, solamente quería que ganara mi papá. Si hoy un campeonato lo pelean un Ford, Dodge, Torino o Chevrolet, voy a querer que salga campeón. A mi viejo lo veía pasar y quería que llegue primero siempre. Las cosas han cambiado, uno creció también y elegí otro deporte. Hoy lo veo muy de lejos al automovilismo”
¿Qué sentís cuando en distintos lugares lo recuerdan y se hacen distinciones hacia tu papá?
“En estos 25 años a mi papá le hicieron muchos homenajes a los que me costó mucho ir, por mi forma de llevar el tema. No es por el hecho de ‘ser mala gente’ ni nada por el estilo, sino porque tal vez mi hermana es la más activa con los recuerdos y los reconocimientos como el museo, ella lo lleva de esa manera. Trato de participar cuando lo siento, se hace de corazón”.
¿Qué sensaciones te generan el reconocimiento del domingo a tu papá en San Pedro?
“Cuando me enteré del nombramiento del pasaje se me puso la ‘piel de gallina’. Agradezco a mi hermana y la gente que ha decidido que esto quede para siempre. Me va a generar una rareza cuando pase por un lugar por el que pasamos a cada rato muchos sampedrinos y vea el cartelito con su nombre, me va a pasar a mi cuando vea que a sus nietos -uno tiene 3 años- le les cuente que esa calle tiene el nombre de su abuelo a quien no conoció y tenga que contarle su historia. Es un orgullo inmenso y esas cosas me dejan pensando en que en esta vida estamos todos de paso, como le sucedió a él y que no es lo que algunos hubiéramos querido. Sin dudas, me hace decir ‘dejó una marca’ para que hoy lo recuerden de esta manera”.