Asuntos Internos relevó a comisario de San Pedro tras escándalo por destacamento cerrado
Tras una nota publicada en La Opinión, San Pedro dejó de tener al comisario inspector Fabián Gallo como titular de la Jefatura Distrital de la Policía. Su lugar es ocupado por el comisario Miguel Ferreyra, su segundo. Será mientras se aguarde la llegada de un nuevo jefe.
Una nota publicada en La Opinión revela que en el seno de la Policía de la Provincia comenzaron a "limpiar" casos de corrupción. En ese sentido, desde el viernes, el municipio de San Pedro dejó de tener jefe de la Jefatura Distrital de la Policía, tras el desplazamiento del comisario Gallo.
El objetivo era verificar el estado del destacamento de esa localidad tras una denuncia recibida sobre la situación que se vivía en la antigua dependencia policial. Hasta el momento, el comisario Miguel Ferreyra, segundo en la Jefatura Distrital, quedó a cargo de la policía sampedrina, mientras se espera que el Ministerio de Seguridad –cuyo titular Cristian Ritondo recibió al intendente Cecilio Salazar por el tema– designe a un nuevo jefe.
La medida se produjo cuando Asuntos Internos llegó a la localidad de Doyle y se encontró con el destacamento cerrado, con que un efectivo de la Patrulla Rural de Ramallo vivía ahí en pésimas condiciones de higiene y consideró que hubo un descuido de bienes del Estado por parte de las autoridades policiales locales.
En ese momento, el representante del Ministerio de Seguridad le comunicó a Gallo que quedaba desplazado del cargo y además “desafectado de servicio”, lo que significa en jerga policial “sacarle la ropa” a un agente mientras se sustancia el sumario en su contra.
El habitante de esa casa se llama Sabino Pérez Menéndez, quien en el Municipio está registrado que tiene una deuda de más de 40 mil pesos por tasa de alumbrado, barrido y limpieza, desde 1947.
Entre 2004 y 2015, funcionó el Comando de Patrulla Rural, que se mudó durante el interregno en el que el concejal Giovanettoni se tuvo que hacer cargo del Ejecutivo por renuncia del intendente electo, Pablo Guacone.
El traslado tuvo lugar tras el escandaloso robo de armas que ocurrió una de las noches en que los rurales se iban “a patrullar”. “Si llamabas de noche, no te atendían el teléfono. Al final no era tan bueno el perro (en alusión a quien dejaban custodiando”, siguieron las bromas en Doyle.
Desde entonces, el destacamento quedó más solo pero nunca vacío. Allí vivía –nadie sabe todavía con precisión con permiso de quién– el policía de la Rural de Ramallo de apellido Coronel con el que se encontró Asuntos Internos, dicen que “para que no sea usurpado” el inmueble.
“Los de Asuntos Internos dijeron que dejan a una persona, que van a higienizar y ordenar el lugar, que era un desastre, según dicen acá, y que van a abrir el destacamento, con personal y patrulleros para la localidad”, señalaron testigos de lo que sucedió el viernes en el pueblo.