Crimen del chofer de la línea 620: De viralizaciones, fracasos e hipocresía
El cruento asesinato de Leandro Alcaraz el pasado domingo conmocionó al país. Y la trama ulterior al episodio sigue dejando tela para cortar en distintos órdenes. En este marco suele aparecer la postura hipócrita del “cómo llegamos hasta acá” por parte de los mismos que efectivamente saben cómo llegamos… La irracionalidad del homicidio. Las disputas partidarias mezquinas. La situación carcelaria de los sospechosos. Las irregularidades de la policía. Y los medios simulando asombro e indignación para justificar la divulgación de un video que algunos pueden, a priori, pensar como ventajoso en términos de rating. Nada nuevo bajo el sol. No nos hagamos los sorprendidos.
-Por Federico De Marco - Para LaNoticia1.com
El chofer de la 620, Leandro Alcaraz, fue asesinado por dos delincuentes el pasado domingo en Virrey del Pino mientras conducía el interno 103 de la mencionada línea. La brutalidad del crimen resonó en todo el país.
Lo que vino luego era lo esperable, lo de siempre: dirigentes tratando de desligarse de la trama, panelistas televisivos rápidamente convertidos en expertos en materia de seguridad, opinólogos inundando los medios de comunicación y todos teniendo algo para decir.
En esta ocasión se hizo visible la situación de los presos y la conducta de la policía, y en el imperio de la imagen ver plasmado en un video determinadas lógicas torna “más real” lo harto conocido.
Por la difusión de videos, donde aparecen los sospechosos siendo sometidos por otros detenidos a “pagar derecho de piso”, fueron desafectados dos policías de la Bonaerense. Sucede que las imágenes se registraron dentro de la Comisaría 2 de Ramos Mejía donde, se supone, los arrestados no deben tener acceso al teléfono celular, algo que no sucede en ninguna prisión de Argentina nunca jamás… Por supuesto.
Pero además, esos videos también cristalizaron una situación conocida y no atendida con seriedad, que es la situación carcelaria. ¿También se ignoraba esto? Claro que no. Las prisiones en Argentina, se sabe, cumplen, en el 99% de los casos, como un modo de esconder y sacar del medio “los problemas”, amontonarlos y esperar que de algún modo mágico la cosa algún día mejore.
En medio de esta trama, los medios aprovecharon para tratar de subir el rating, dando un golpe de efecto (uno más), y contribuyeron a la viralización de los videos ante la mirada espantada de los presentadores y periodistas… Otro ladrillo en la pared.
Y ahora el tema pasará, como si nada- también lo sabemos-, hasta el próximo episodio, donde la historia volverá a repetirse, y siempre como tragedia y farsa al mismo tiempo. Y como pedir cambios y soluciones parece utópico y delirante, uno ya tiende a conformarse con, al menos, dejar de ver tanta hipocresía en derredor, algo que también parece difícil en estos tiempos.