Cristina, Scioli y Macri en el Tedeum: La Iglesia llamó al diálogo y la unidad
La ceremonia fue por el 204° aniversario de la Revolución de Mayo. El cardenal Mario Poli encabezó la celebración por primera vez, luego de que su antecesor, Jorge Bergoglio, fuera nombrado Papa. La Presidenta estuvo presente en la celebración luego de 8 años, tras los numerosos roces entre su Gobierno y la Iglesia. El Gobernador bonaerense y el Jefe de Gobierno porteño asisitieron a la misa. También estuvieron el Rabino Daniel Goldman y el Presidente del Centro Islámico Fabián Ankah. Por la tarde, Cristina hablará en la Plaza de Mayo, a 11 años de la asunción de Néstor Kirchner.
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Cristina Fernández arribó a la Catedral metropolitana a las 12.16. La Jefa de Estado fue recibida por el Arzobispo de la ciudad de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, quien la esperó en la puerta del templo. Al ingresar al lugar, la mandataria recibió un cerrado aplauso de las autoridades religiosas y funcionarios nacionales allí presentes.
Junto a Poli, Cristina dejó una ofrenda en el mausoleo al General San Martín. Vistiendo un tapado blanco y con la escarapela argentina en el pecho, la Presidenta se ubicó en la primera fila, quedándo a su derecha el Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri. Más atrás, se sentó el Gobernador de la Provincia, Daniel Scioli.
"Jesús nos devuelve la confianza en la fuerza del amor" fueron las primeras palabras del cardenal Mario Poli, ante una Catedral colmada. El Arzobispo porteño también resaltó la figura de Jorge Bergoglio al decir: "Hoy, el Papa Francisco, un argentino, lleva al Magisterio Universal de la Iglesia lo que tantas veces nos enseñó a nosotros".
Tras varias semanas con roces entre el Gobierno y la Iglesia, Poli remarcó que "la única manera de que los pueblos avancen es la cultura del encuentro". En ese sentido, citó una frase del Papa: "El otro siempre tiene algo que darme cuando nos acercamos con actitud abierta. O se apuesta por el diálogo o todos perdemos".
"Pablo VI es el primer Papa que visitó América latina y a él le debemos inspiradas páginas sobre la doctrina del diálogo", agregó el Arzobispo. "Mirando a Santa María de Luján le pedimos su bendición y que nos acompañe para seguir construyendo una Patria de hermanos", señaló ante la mirada de todos los dirigentes políticos.
Más tarde, la propia Presidenta leyó la Oración de San Francisco conocida como "Oración por la Paz". En ese momento, Cristina se emocionó y finalizó leyendo el texto entre lágrimas. A las 13.02 llegó uno de los momentos más emocionantes de la jornada, cuando se escucharon las estrofas del Himno Nacional Argentino.
Para el final de la homilía, y tras la misa criolla interpretada en un recital patriótico por Patricia Sosa, Cristina saludó a todas las autoridades de los diferentes credos de la Argentina. Posteriormente, la Jefa de Estado se dio la mano con Mauricio Macri para luego retirarse de la Catedral en la Traffic blanca que suele utilizar.
Presenciando la misa se pudo observar al Vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, al Ministro de Defensa, Agustín Rossi y a la Vicejefa de Gobierno porteño, María Eugenia Vidal, entre otras autoridades de todo el arco político. También estuvieron presentes el cantante y compositor, Lito Nebbia y el actor Gerardo Romano.
La ceremonia fue celebrada tras los cortocircuitos por el documento del Episcopado, que advirtió sobre una "Argentina enferma de violencia" y el escándalo generado por el telegrama que el Papa le envió a la Presidenta. Más atrás, quedó el distanciamiento de Cristina con Francisco, luego de que éste fuera nombrado Papa en 2013.