El hecho ocurrió el pasado jueves 20 en horas de la noche cuando los cuatro adolescentes salieron a dar una vuelta por el centro de Escobar, sin permiso de sus padres. Una mujer los señaló ante los Gendarmes al considerar que los menores la estaban persiguiendo por lo que los efectivos los detuvieron por "averiguación de ilícito".

En poder de los menores encontraron una navaja Victorinox y una aguja abocat de las utilizadas para hacer piercings. Los Gendarmes trasladaron a los menores hasta el Centro de Salud de Matheu donde el médico certificó el estado físico de los menores al momento de la detención y luego volvieron a llevarlos en la camioneta con destino la Comisaría 1º.

Es en este segundo tramo del viaje cuando, según consta la denuncia, tuvieron lugar las agresiones. Los gendarmes los habrían desnudado, esposado y golpeado en todo el cuerpo. Incluso a uno de los adolescentes, que meses atrás perdió un brazo en un accidente, comenzó con convulsiones a lo que los efectivos lo habrían amenazado con "volarle el otro brazo" si los vomitaba.

Los menores fueron golpeados con las cachiporras y otros elementos contundentes y luego amenazados con represalias en caso de contar lo que había sucedido a personal policial. Pese a esto, los adolescentes contaron al oficial de guardia las agresiones de las que habían sido objeto.

Eduardo Lukoski es el padrastro de una de las víctimas y Subcomisario en la dependencia policial de Garín, y fue quien contó todo lo ocurrido al portal Escobar News. Lukoski recibió, junto al resto de los padres, el llamado desde la Comisaría.

Todos juntos concurrieron nuevamente al Centro de Salud de Matheu donde el médico constató las lesiones en el cuerpo de los menores e incluso el cuero cabelludo. Al día siguiente, y con el certificado del doctor, los padres concurrieron a la Fiscalía para radicar la denuncia.

Por tratarse de funcionarios públicos, la Dra. María Paula Gaggiotti, titular de la fiscalía interviniente, derivó las actuaciones a la Unidad Fiscal Administrativa de Campana.