En Patagones los jabalíes son una plaga y autorizan a cazarlos
Se estima que en la localidad del extremo sur provincial hay 30.000 animales que provocan daños millonarios en los campos. Ya habilitaron oficialmente a que 31 personas puedan cazarlos. Evalúan extender la medida a Dolores y Tapalqué. El daño que produce cada individuo es de 200 dólares anuales.
Pisotean la cosecha, levantan la siembra, rompen mangueras de agua, contaminan bebederos, vacían comederos, rompen bolsas de granos, se comen ovejas y terneros, y provocan accidentes en las rutas. Los jabalíes en Carmen de Patagones ya son considerados una "plaga".
La autorización provincial para la caza es hasta el 31 de diciembre y para extender el permiso habrá que evaluar si el jabalí sigue siendo una plaga. El animal cambió su hábito y para evitar ser atrapado sale a alimentarse de noche. Ese escenario llevó a que la Dirección de Flora y Fauna provincial reconociera que allí el jabalí es una plaga que ocasiona daños y autorizar a que lo cacen, al menos, durante lo que resta del año, una medida que evalúan extender a Dolores y Tapalqué.
Hasta esta decisión, la caza de jabalíes estaba prohibida o limitada a cotos, como ocurre en toda la provincia, aunque en esta ciudad había cierta actividad informal. Pero la disposición provincial N°54, firmada el 26 de junio, habilita oficialmente a que 31 personas puedan cazar jabalíes en 33 establecimientos agrícolas o ganaderos de la ciudad, un listado que en la municipalidad planean ampliar rápidamente porque el partido suma 900 productores distribuidos en una superficie de 1,3 millón de hectáreas.
La cantidad de jabalíes que hay en Patagones se mide en 2,17 ejemplares cada 100 hectáreas, según estima para las regiones de monte o espinal el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable en un informe de este año sobre la Estrategia Nacional sobre Especies Exóticas Invasoras.
En el reporte se señala que el daño que produce cada individuo es de 200 dólares anuales. Sin embargo, en el distrito del extremo sur creen que la densidad es mayor por el desplazamiento de animales que produjeron los incendios de diciembre.
Los cazadores autorizados empezaron a usar la modalidad con jauría. Sin emnargo, la desesperación de los productores hizo que muchos incursionaran en métodos prohibidos, como trampas y jaulas con cebos los cuales están vedados porque permiten atrapar varias presas a la vez o porque pueden lastimar a animales protegidos, como el puma, según publicó La Nación.
Otro problema que se desprende de esta situación, además de la caza ilegal, es que aprovechan la carne para hacer chacinados, una acción que la autorización actual no habilita, porque no refiere a la caza comercial. Por ello evalúan elaborar alguna reglamentación que permita establecer normas de higiene y bromatológicas para el consumo de de carne de jabalí..