Julio Aro, el excombatiente detrás del proceso de identificación de los soldados caídos en Malvinas
En la semana en la que fue anunciada la identificación del sargento Mateo Sbert, el soldado número 102 cuya tumba ahora tiene nombre y apellido, La Noticia 1 dialogó con el argentino que impulsó la misión humanitaria en las islas. "Nosotros fuimos con nombre, apellido, rostro y documento, y de esa manera tiene que ser". Nominado para Premio Nobel de la Paz, aseguró: "La emoción de los familiares es nuestro premio, es sanador".
Esta semana, Malvinas volvió a ser noticia gracias a la identificación del soldado número 102 en cuya tumba en el cementerio de Darwin era NN y que, gracias a la misión humanitaria para reconocer los restos, ahora sabemos que era el sargento Mateo Sbert.
El proceso tiene a la Fundación No Me Olvides como impulsora. Su alma máter es Julio Aro y vive en Mar del Plata, este excombatiente de la guerra de Malvinas volvió a las islas en 2008. Desde entonces tuvo una certeza: las tumbas de sus compañeros tenían que tener sus nombres.
Así comenzó su lucha, que contó con el apoyo de un grupo de personas, entre ellos tres ingleses, incluido Roger Waters, el histórico fundador de la mítica banda británica Pink Floyd, lo que permitió llegar a este proceso, que esta semana dio a conocer el resultado número 102.
Julio Aro dialogó con La Noticia 1. La Universidad de Mar del Plata propuso que él y Geoffrey Cardozo sean nominados para el Premio Nobel de la Paz por esta misión histórica. "El mejor premio que tenemos es escuchar a los familiares, ver su emoción de saber, por fin, dónde descansan sus seres queridos", dijo, con humildad, el excombatiente.
Julio Aro es profesor de Educación Física. Tiene 55 años y combatió en Malvinas con el Regimiento N° 6 de Mercedes. En 2008 estuvo dos meses en las islas. El viaje fue movilizante, como lo es para cada excombatiente que vuelve a ese lugar y recuerda aquellos días. Pero hubo algo que se transformó en la voluntad de hacer: más de 100 placas negras que dicen "Soldado sólo conocido por Dios".
"Nosotros fuimos con nombre, apellido, rostro y documento, y de esa manera tiene que ser: no puede existir ninguna placa que diga 'Soldado argentino sólo conocido sólo por Dios'", consideró Aro y relató cómo comenzó con este proceso que hoy está muy avanzado.
"Aunque parezca mentira, las personas que nos ayudaron para esta tarea humanitaria son ingleses: Tony Davis, con quien nos habíamos contactado cuando fui a Malvinas en 2008 y pude ver esas 122 placas que decían 'Soldado argentino sólo conocido por Dios', que te parte la cabeza, pudimos hacer este proyecto de identidad compartida", relató.
Otra persona es, claro, Geoffrey Cardozo, exoficial británico que tuvo a su cargo el cementerio de Darwin. En un encuentro de veteranos de Malvinas en Londres, a raíz de sus conocimientos del español, fue asignado como intérprete al grupo de Aro.
"Era nuestro traductor, y el último día nos entrega un informe que no era privado sino público y ya lo tenía el Estado argentino, que nunca hizo nada, en ese informe había fotos, lugares de entierro, cómo lo cuidó, lo puso en sábana blanca, en bolsa negra, en cajón, anotó las pertenencias, un trabajo maravilloso", contó.
El último impulso, recordó Aro, se lo dio nada menos que Roger Waters: "Le entregó a la presidenta (Cristina Fernández de Kirchner, en 2012), a través de (la periodista) Gabriela Cociffi, una carta hablándole sobre el proceso de identificación y a partir de ahí se nos abren las puertas para lograr esto, que nos trae una paz increíble, y que es devolverle la identidad a cada uno de nuestros compañeros".
Cardozo, Aro, Waters y Cociffi.
"Esto jamás se creyó que se podía hacer. Esto es no dejar a nadie en el campo de batalla, devolver la dignidad a los seres queridos: no es lo mismo colocar una flor en cualquier lado. Hoy se puede saber concretamente dónde llorar, gritar, putear, en la tumba de los seres queridos", explicó Aro sobre la tarea.
La responsabilidad de la misión humanitaria la tiene el Comité Internacional de la Cruz Roja, tras la firma del convenio entre el gobierno del presidente Mauricio Macri y las autoridades británicas. De los 121 cuerpos exhumados, 102 ya fueron anunciados como identificados.
Sin registro de familiares, hubo que ir pueblo por pueblo para encontrarlos, contarles el plan, proponerles la extracción de sangre. Cuando se identifican los restos, se les avisa y, si así lo autorizan, se hace público. "Es sanador", aseguró Aro.