La Plata: Monseñor Aguer condenó la agresión del párroco que agredió a una joven
El Arzobispo platense se pronunció sobre la patada que el cura le dio a una chica que festejaba su título en las escalinatas de la iglesia local, lo cual es una tradición para los egresados. "Me pareció una cosa increíble lo que hizo. Fue injustificable. No debería ocurrir”, afirmó.
Monseñor Héctor Aguer, el arzobispo de La Plata, se refirió a la agresión de Esteban Alfón, el párroco de la Catedral local que le pegó una patada a una joven que celebraba haberse recibido en las escalinatas del edificio religioso.
"Me pareció una cosa increíble lo que hizo. Fue injustificable. No debería ocurrir. Vienen chicos y chicas semidesnudas a tirarse cosas y queda todo enchastrado. Pero si alguien me falta el respeto yo no puedo responder con otra falta de respeto. Un sacerdote no puede hacer eso", aseguró.
A través de un comunicado, además, Aguer sostuvo que "condenamos todo tipo de agresión, tanto verbal como física, y renovamos nuestro compromiso con la verdad, la justicia y la paz".
Sofía Conte, la joven agredida, por su parte había explicado que celebró su logro personal del mismo modo que festejan hace varios años los jóvenes platenses que obtienen el reconocimiento al finalizar su carrera.
"Fui a festejar con una compañera que nos recibimos, algo que es una tradición y estábamos acompañadas por amigos y familiares cuando salió un sacerdote y de mala manera nos echó, me pegó una patada, me hizo trastabillar un par de escalones y por suerte no me caí".
Alfón, según la agencia DIB, negó haberle "pegado una patada" y le ofreció sus disculpas.
“Me gustaría pedirle perdón, pero no le pegué una patada, sino que la corrí con el pie. Yo no la agredí, ni la empujé, ni le puse el pie para que se cayera. Estamos cansados que dejan todo sucio y arruinan un lugar que es sagrado. Podrían expresarse en la plaza y no ensuciar la casa de Dios", expresó.
En tanto, Conte calificó la acción de Alfón de “aberrante”. “El salió de manera abrupta y prepotente. Nos dijo que nos fuéramos que era la casa de dios, que tenía que dar una misa. No estábamos haciendo nada malo", concluyó.