La Policía bonaerense volverá a usar la cachiporra como alternativa a las armas de fuego
A través de una resolución del Ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, se autorizó el uso del "bastón tonfa" y su correspondiente manuel de uso. Comenzaron a ser distribuidos entre unos 55.000 agentes de calle. La cartera recomendó a "la policía un accionar adecuado estrictamente al principio de razonabilidad, evitando todo tipo de actuación abusiva, arbitraria o discriminatoria
El gobierno bonaerense dispuso que unos 55.000 de los 90.000 efectivos de la Policía vuelvan a utilizar el "bastón policial", "cachiporra" o tonfa para defensa personal, que comenzó a ser utilizado en el siglo XVIII, en Japón, y que la fuerza de seguridad había dejado de usar hace un tiempo.
Ahora se lo reincorporará para que los uniformados tengan un elemento intermedio a la hora del uso progresivo de la fuerza en el cumplimiento de su función. Volverán a llevarlo a la cintura, de forma permanente.
Además del necesario entrenamiento, el Ministerio de Seguridad preparó un manual detallado del uso del tonfa, con imágenes que explican las características y dimensiones del bastón, la forma de usarlo en un enfrentamiento y cómo se lo debe portar, según publicó La Nación.
Áreas corporales de impacto: Están clasificadas en "libre", "moderada" y "a evitar". (Fuente: Ministerio de Seguridad).
La medida fue adoptada a partir de la resolución 220/2018, firmada por Ritondo. En ella se argumenta que "resulta necesario y oportuno tomar medidas tendientes a que el personal policial de los subescalafones de comando y general de las policías de la provincia de Buenos Aires hagan uso de distintos tipos de armas, en este caso el 'bastón tonfa policial', con el fin de que puedan aplicar, en el marco de la función de seguridad, un uso diferenciado de la fuerza y de las armas de fuego, ello cuando las circunstancias del caso lo ameriten y en cumplimiento de las normativas vigentes".
Entre las formas de manipular el tonfa, el Ministerio de Seguridad -en su resolución- recomienda a "la policía un accionar adecuado estrictamente al principio de razonabilidad, evitando todo tipo de actuación abusiva, arbitraria o discriminatoria que entrañe violencia física o moral contra las personas, así como también al principio de gradualidad, privilegiando las áreas y el proceder preventivo y disuasivo antes que el uso de la fuerza, y procurando siempre preservar la vida y la libertad de las personas".