Patagones: A 10 años de la masacre en la escuela, nada se sabe de "Junior"
El próximo 28 de septiembre se cumplirá una década desde que un joven de 15 años mató en el aula de su escuela de Carmen de Patagones a tres compañeros e hirió a otros cinco con el arma de su padre, que era agente de la Prefectura Naval Argentina. Tras su paso por un instituto de menores delincuentes en Ensenada y su posterior internación en un centro psiquiátrico, poco se sabe de Rafael "Junior" Solich. La causa civil mediante la que las víctimas reclaman resarcimiento por daños y perjuicios está paralizada.
Este mes se cumple una década desde que "Junior", a sus 15 años de edad, protagonizó la llamada masacre de Carmen de Patagones. El joven mató en el aula de su escuela a tres compañeros: Sandra Núñez, Evangelina Miranda y Federico Ponce. Además, hirió a otros cinco con el arma de su padre. Claudio Miranda, tío de Evangelina, una de las víctimas fatales, confirmó que aún no se resolvió el juicio civil que le hicieron al Estado por daños y perjuicios. "Quedó todo en la nada. Nadie se atreve a firmar ningún papel para que los familiares cobren el dinero", contó Miranda casi vencido por la desesperanza, según señala la agencia Noticias Argentinas.
Manuel Maza, abogado de diez víctimas contó que las trece demandas civiles están en el Juzgado Federal 2 de Bahía Blanca y se encuentran frenadas por los trámites burocráticos. "Los procesos son muy lentos porque son varios los demandados. En la Corte provincial estuvieron más de dos años y ahora esperan en los juzgados de Bahía Blanca", explicó el letrado en una nota publicada en el diario Hoy. Los demandados en el juicio civil son los padres de "Junior", quien hoy tiene 25 años, la Prefectura Naval -el arma que usó era de su padre prefecto-, y la provincia de Buenos Aires, porque el hecho ocurrió dentro de la escuela provincial 202 Malvinas Argentinas.
La masacre ocurrió el 28 de septiembre de 2004 a las 7.30, hora del comienzo de clases. Solich ingresó al colegio escondiendo una pistola Browning calibre 9 mm, dos cargadores y un cuchillo de caza. En el aula 1º B, se colocó en frente de la clase, tomó el arma y la descargó contra sus compañeros de aula sin mediar palabras, después de vaciar la pistola, salió al pasillo. Cargó un segundo cargador e hizo un nuevo disparo, esta vez hacia el kiosquero de la escuela a quien no alcanzó a herir. Siguió su camino por el pasillo principal de la escuela hasta que Dante Peña, uno de sus compañeros de aula, se le abalanzó y logró quitarle el arma.
Luego de enteradas las autoridades, no se resistió, fue arrestado y trasladado a la ciudad portuaria de Bahía Blanca. La tragedia fue la primera masacre escolar registrada en América Latina. Al iniciarse la causa judicial, Rafael fue confinado a un centro de internación para jóvenes delincuentes en el partido de Ensenada. Luego de ser declarado inimputable, Alicia Ramallo, la jueza que llevó el caso, se hizo cargo de su tutela y lo internó en un centro psiquiátrico juvenil en la localidad de San Miguel. Su progenitor Rafael Solich fue condenado a 45 días de prisión por negligencia al dejar el arma al alcance de un menor.