Pozo de Banfield: De un lugar de tortura sistematizada a un espacio “con vida”
Fue uno de los centros clandestinos de detención durante la última dictadura militar de 1976. Con el regreso de la Democracia en 1983, pasó a ser una comisaría de la Policía Bonaerense hasta 2006, año que fue cedido al área de Derechos Humanos del Gobierno bonaerense para construir un “Espacio de la Memoria” donde jóvenes puedan desarrollar distintas actividades.
Texto y fotos: Javier Cappiello
En la esquina de las calles Vernet y Siciliano, en el municipio de Lomas de Zamora, reza en un monumento la leyenda “Memoria, Verdad y Justicia”. Detrás se ubica el Pozo de Banfield: el ex centro clandestino de detención durante la última dictadura militar de 1976 conocido como “la maternidad”. Sobre sus despintadas paredes pueden leerse varios mensajes escritos en aerosol negro como “Nunca Más presos políticos”, los cuales están acompañados de dibujos de pañuelos de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo. Tras ser un sitio signado por la muerte, la tortura y el exterminio de personas que fueron detenidas- desaparecidas, años más tarde en su interior el aire es otro, se respira vida.
“Pasé por este lugar, me torturaron acá y estuve en la comisaría de Banfield, Olmos y de Devoto. Si bien no es la primera vez que vuelvo, sí lo es después de la refacción hecha en el proceso de recuperación como sitio de Memoria. A pesar de que siempre es doloroso volver a entrar, es una satisfacción que un lugar de tortura y muerte se haya convertido en uno de vida, porque esa es la idea”, expresó Berta Orem, sobreviviente del Pozo que integra la Mesa de Trabajo del Espacio de la Memoria.
Este domingo se conmemora el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, por el 43 aniversario de golpe cívico-militar de 1976. Por los calabozos del Pozo de Banfield pasaron 309 personas, 97 continúan desaparecidas, lugar donde nacieron nueve bebés, de los cuales siete restan ser encontrados.
“Pretendemos que participen los jóvenes y sea un lugar que esté incorporado al barrio. Antes la gente tenía miedo de pasar por la puerta. Queremos que sea un sitio del que el barrio pueda apropiarse, un espacio de la Memoria”, agregó Orem.
De centro clandestino a un “Espacio de la Memoria”
A partir de 1976 pasó a ser parte de la órbita del Regimiento de Infantería Mecanizada Nº 3 del Ejército Argentino, con base en la ciudad de La Tablada. Con el regreso de la Democracia en 1983, con el gobierno del expresidente Raúl Alfonsín, el sitio funcionó como una comisaría de la Policía Bonaerense hasta 2006, año que fue cedido al área de Derechos Humanos de la administración bonaerense para construir un “Espacio de la Memoria”.
Según un informe de la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), en el lugar estuvieron alojados nueve integrantes la UES (Unión de Estudiantes Secundarios) y una alumna del Colegio de Bellas Artes de La Plata, a quienes las autoridades del poder vincularon con “hechos de subversión”, quienes eran secuestrados y luego “eliminados después de padecer tormentos”.
Los jóvenes llegaron al Pozo de Banfield tras ser secuestrados el 16 septiembre de 1976, por un grupo de tareas relacionado con el gobierno militar que dirigía Jorge Videla, Emilio Massera y Orlando Agosti, en el marco del plan “subversión de escuelas”, del Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejército y la Policía provincial.
Con el tiempo se los recordó como los chicos de “La Noche de los Lápices”. Fueron llevados a la fuerza de sus casas primero al Pozo de Arana, centro clandestino de detención platense y luego trasladados al Pozo de Banfield, a cargo del médico policial Jorge Antonio Bergés.
En el centro lomense, los detenidos compartieron celda con las embarazadas y las ayudaban en el trabajo de parto. Entre quienes dieron a luz en este lugar que funcionará como un Espacio de Memoria, estuvo Stella Maris de Ogando, nuera de la Abuela de Plaza de Mayo Delia Giovanola.
Mientras que algunos estudiantes quedaron a disposición del Poder Ejecutivo Nacional para luego recuperar su libertad, otros todavía son buscados y continúan desaparecidos.