Tras la tragedia en San Antonio de Areco, piden medidas para controlar el tránsito
El accidente que le costó la vida a tres adolescentes dejó al descubierto una problemática que se repite en la mayoría de los distritos bonaerenses. La falta de controles vehiculares, ausencia de personal policial suficiente y la problemática de la nocturnidad, los grandes ejes de debate. Tomás Blatter, Manuel Monserrat y Diego Perroud Montillo son las víctimas fatales.
Ocurrió cerca de las 06.00 del domingo, cuando cuatro menores circulaban por el cruce de las calles Arellano y Alvear, en el centro de San Antonio de Areco. Los jóvenes regresaban a sus casas luego de haber ido a un cumpleaños de quince.
Diego Perrout Portillo de 19 años era quien conducía la camioneta Citröen Berlingo que había tomado sin permiso de su padre. Lo acompañaban Tomás Blatter, Manuel Monserrat y Segundo Ovando. Los dos primeros perdieron la vida cuando la camioneta chocó contra la pared y terminó volcando.
El accidente desnuda una problemática que excede el accidente puntual. Aunque recién ahora, luego del dolor, los vecinos empiezan a debatir acerca de lo sucedido, las primeras versiones indican que la camioneta circulaba por el centro de la ciudad a más de 100 kilómetros por hora. Asimismo, trascendió que el test de alcoholemia realizado al joven conductor habría dado negativo.
En diálogo con La Noticia 1, el periodista local Ricardo Sepacuercia contó que las principales problemáticas en San Antonio de Areco pasan por la ausencia de control municipal sobre el tránsito, sumado a la falta de concientización de los vecinos. Al igual que en otros distritos, la cantidad de motos y ciclomotores aumenta día a día y el uso de casco brilla por su ausencia, aunque en el Municipio hayan adoptados medidas como la entrega de los mismos de manera totalmente gratuita.
El problema de la nocturnidad y la venta de alcohol a menores también está presente. Las famosas "previas" organizadas en casas particulares como alternativas a los boliches que no dejan entrar a menores, se suman a la falta de personal policial para patrullar la ciudad para evitar desmanes.
Mientras la ciudad vuelve lentamente a la normalidad y las clases se reanudan en el distrito, se hace cada vez más necesario un debate postergado que se sigue cobrando vidas.