Aguas Verdes: el desierto de médanos que sus pioneros transformaron en la joya natural de La Costa
Fundada el 17 de junio de 1966, este rincón costero forjó su identidad de la mano de los primeros habitantes. Un piamontés al que la arena le tapó la moto, el mítico almacén "Quien diría" y el esfuerzo de su comunidad para transformar el pueblo.
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Aguas Verdes es mucho más que un destino de playa del Partido de La Costa. Su historia le da una identidad única entre los balnearios bonaerenses. Fundado el 17 de junio de 1966, este rincón costero nació aislado de toda civilización, cuando la única manera de llegar era desde Mar del Tuyú o Mar de Ajó, siempre y cuando la marea lo permitiera.

En dialogo con LANOTICIA1.COM, el Secretario de Turismo local, Cristian Escudero dijo: “Una joyita de La Costa puede ser Aguas Verdes, que tiene aproximadamente un ancho máximo de cuatro cuadras, o sea, 400 metros frente al mar, y unos 1.600 metros de largo. Cuenta con dos restaurantes, un balneario y después naturaleza pura”.
Una de sus particularidades más llamativas es su trazado urbano. Aguas Verdes es el único balneario del Partido de La Costa que se desarrolló de manera perpendicular al mar.

Para entender el presente de Aguas Verdes, es imprescindible conocer su pasado y escuchar la voz de quienes fueron protagonistas. Uno de ellos es Don Juan de Conti, pionero indiscutido de la localidad. Piamontés, albañil, llegó por primera vez a estos médanos el 12 de septiembre de 1966 y se convirtió, pocos años después, en el primer residente estable del lugar.
“Llegué junto a mi tío y un peón con un camión por la playa. Era un desierto, con médanos altísimos”, recuerda Don Juan. La primera noche la pasó en una construcción precaria, de poco más de un metro de altura, a la que improvisaron un techo de chapa. “Había traído una moto y la dejé afuera. A la mañana siguiente había desaparecido, la arena la había tapado por completo”, cuenta.
Ese pequeño refugio, ubicado en la intersección de Rompehielos General San Martín y Fragata Sarmiento, fue la primera casa construida en Aguas Verdes. Pertenecía a Juan José Gonzalo, quien años más tarde, junto a otro pionero, Victorio Bossolasco, abrió allí el primer almacén del balneario, el mítico “Quién Diría”. El nombre nació de una frase repetida por un puestero de la zona, Taylor, que al pasar cada tarde, entre vino y vino, no dejaba de sorprenderse: “Quién diría que iba a existir un boliche en estos arenales”.
La forestación inicial fue impulsada por la Sociedad de Fomento y plantó los primeros mil pinos, dando origen al paisaje que hoy distingue al balneario. El “ranchito” de verano de Don Juan, frente al pinar donde hoy se ubica el camping de Aguas Verdes, se transformó en su hogar definitivo en 1971, cuando se mudó con su esposa y sus tres hijos pequeños.
“Usábamos faroles y veíamos televisión. La luz la teníamos con un molino de viento y la batería se cargaba con un motor naftero”, recuerda. Con el tiempo, se fueron sumando familias como los Turrín, Bossolasco, Visconti, Giudici, Marangoni y muchas más.
La educación también fue parte de ese esfuerzo colectivo. Los niños asistían a la Escuela Nº 21, que funcionaba en la Sociedad de Fomento de La Lucila, hoy Escuela Nº 11, y el recorrido diario se hacía por la playa hasta que se construyó el camino de la actual Avenida Crucero 9 de Julio, que unió definitivamente ambas localidades.
Aislados y lejos de otros centros urbanos, los primeros habitantes debieron organizarse para cubrir necesidades básicas. Así nacieron, con trabajo comunitario, la Sala de Primeros Auxilios, la Sociedad de Fomento y el Destacamento. En 1972 llegó el teléfono, con una torre de 32 metros que se conectaba por radio con Santa Teresita, además de una oficina de correo dependiente de Mar de Ajó y hasta una ambulancia propia.
Don Juan de Conti, que construyó cerca de 200 viviendas en la zona, recuerda con orgullo haber levantado, entre otras, la casa de José Garuti, Capitán de Navío que trajo el primer submarino a la República Argentina.
Actualmente, Aguas Verdes conserva ese espíritu de comunidad. Es uno de los pocos balnearios del Partido de La Costa que cuenta con un centro cívico en torno a la Plaza Islas Malvinas, donde se concentran la capilla Nuestra Señora de la Anunciación, las escuelas, la Sociedad de Fomento, la Sala de Primeros Auxilios y el recientemente inaugurado Polideportivo Islas Malvinas.

Tranquilo y familiar, Aguas Verdes invita a disfrutar del mar, del bosque y, sobre todo, de una identidad forjada por pioneros que supieron convertir un desierto de médanos en un hogar junto al mar.
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