Alberto Fernández pasó de decir que la cumbia villera "elogia la actividad delictiva" a recibir a L-Gante en Olivos
En 2004, el por entonces jefe de gabinete de Néstor Kirchner había protagonizado una insólita pelea. Se ganó el odio de los cumbieros cuando aseguró que "antes no existían programas de cinco horas donde se difunde música alentando el delito". 17 años después, el actual presidente recibió en la Quinta presidencial a Elián Valenzuela. El artista, que se define como cantante de cumbia villera, es cuestionado por sus letras que hablan de drogas, delitos y violencia sexual.
Cambia, todo cambia. Alberto Fernández pasó de contar que "Cristina Kirchner es una psicópata" a decir que "ella puede ayudar mucho a sacar el país adelante". Ya olvidó la "corrupción perversa" de la exmandataria y ahora valora "su experiencia". Además había dicho que "Kicillof es el culplable del descalabro en la economía" pero en la actualidad señala que le "hubiera gustado trabajar con él en el pasado". Pasó del "nunca voy a estar del lado de CFK" a ser su compañero de fórmula presidencial.
El actual jefe de Estado es una de las personas más contradictorias del Gobierno y eso se explica gracias a su extenso recorrido por el mundo de la política (trabajó con Carlos Menem, Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y durante la primera presidencia de Cristina Fernández). Si bien sus contrariedades están más vinculadas a las definiciones brindadas sobre sus propios compañeros de espacio (decía que la gestión de Cristina fue patética), también se contrapone con otros temas más curiosos.
Vale recordar que el 3 de agosto de 2004, durante su rol como jefe de gabinete de la Nación, Alberto reconoció que Argentina registraba un "problema creciente de inseguridad" que alcanzó "una gravedad que a todos preocupa". Ya por aquellos años, durante la presidencia de Néstor Kirchner, el funcionario se identificaba públicamente como un aficionado al rock y "fan" irreductible del conjunto Los Piojos, a cuyas actuaciones en estadios solía concurrir entremezclado en el público.
En aquel tiempo, Fernández fue noticia por acusar a un género musical contrario al rock de incitar al robo. En ese marco apuntó contra la "cumbia villera" por fomentar el delito al "convertir en héroes a los delincuentes". "Hace diez años no existían los niveles de pobreza que existen hoy, no se había desarrollado una parte de la sociedad en la marginalidad, ni existían programas de cinco horas donde se difunde música como la cumbia villera alentando el delito", había dicho a Radio Mitre.
Lejos de aquellas afirmaciones y con el objetivo de seducir el voto de las clases más postergadas, el ahora presidente culminó una semana con lo último del reparto de acciones demagogas: Se reunió con el cumbiero L-Gante en Olivos. Sin importarle las letras de sus canciones, que contienen frases sexualmente explícitas y hacen culto de la droga y el delito, Alberto mantuvo un encuentro con Elián Ángel Valenzuela, con quien dialogó sobre "educación", según reza el parte oficial.
Tan evidente es la estrategia del Gobierno, que no evitó ni las críticas de los propios, ya que integrantes del círculo intelectual que apoyan al oficialismo, lanzaron todo tipo de críticas. Así lo reflejó la columna de uno de los intelectuales afín al oficialismo, José Pablo Feinmann, a la que tituló como "Peronismo con hambre no es peronismo". En su artículo, el filósofo explicó que esta fuerza política deja de identificarse como tal cuando con sus políticas sostiene el hambre".
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— Alberto Fernández (@alferdez) October 3, 2021
Cabe remarcar que a principios del mes de julio L-Gante estuvo en boca de todos cuando la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner lo había elogiado por la autogestión de su música, algo que generó una polémica en torno al uso del programa estatal "Conectar Igualdad". Pocas horas después, el propio joven de 21 años se encargó de "corregir" a la expresidenta y contó que la netbook del Gobierno no se la dieron en la escuela, sino que la había cambiado por un celular.
Todos estos tipos de acciones no hacen más que encender la discusión entre quienes están a favor y en contra de su reconocimiento. Luego de que en las últimas horas se dio a conocer la intención de reconocer al músico en el Concejo Municipal de Rosario, la concejala Daniela León utilizó las canciones del músico para justificar su voto en contra. "No sólo habla en contra de la mujer, sino que fomenta la violencia simbólica y celebra la marginalidad", aseguró la edil.
Esta no es la primera ni la última contradicción de Alberto, quien de apoyar la Ley de la IVE y amortiguar las demandas de colectivos feministas, pasó a elegir a un jefe de Gabinete como Juan Manzur, el funcionario "Pro-Vida" quien prohibió en Tucumán un aborto a una niña de 11 años. Cabe recordar que a raíz de ese episodio, el ahora exmandatario tucumano había sido denunciado por Elizabeth Gómez Alcorta, actual ministra de las Mujeres del gobierno del Frente de Todos.
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