Avellaneda: liberan a policía que mató a joven de 18 balazos y recaratulan la causa a "exceso en legítima defensa"
Aunque el fiscal había pedido la prisión preventiva por "homicidio agravado", el Juzgado recaratuló el caso como "homicidio en exceso de legítima defensa" y ordenó la excarcelación del efectivo de la Policía Federal Osvaldo Nicolás Rendichi, de 24 años, quien mató de 18 balazos a Lucas Adrián Barrios, de 18 años, quien había intentado asaltarlo tras acordar la venta de una PlayStation.
La Justicia ordenó la excarcelación del efectivo de la Policía Federal Osvaldo Nicolás Rendichi, de 24 años, tras desestimar el pedido de prisión preventiva que hizo el fiscal del caso y recaratular la causa de "homidicio agravado" a "homicidio en exceso de legítima defensa".
Rendichi está acusado de matar a Lucas Adrián Barrios, de 18 años, en Avellaneda, el pasado 30 de mayo, cuando ambos se encontraron tras acordar a través de redes sociales la venta de una consola de juegos PlayStation por 17 mil pesos.
El policía recuperó la libertad y continúa imputado por el episodio que le costó la vida a Barrios, quien murió en el Hospital Fiorito, donde constataron que tenía 23 orificios de bala de los cuales 18 eran de entrada.
La jueza de Garantías de Lomas de Zamora Brenda Madrid no accedió a la solicitud de prisión preventiva que hizo el fiscal Elbio Laborde y recaratuló la causa como "homicidio en exceso de legítima defensa", un delito más leve del que inicialmente había sido acusado el efectivo de la Federal.
El hecho ocurrió en a pocas cuadras del estadio del Club Atlético San Telmo, ubicado en el límite entre la Isla Maciel y Villa Tranquila, en el partido de Avellaneda. Rendichi llegó hasta allí en automóvil junto a su hermano para comprar por 17 mil pesos un PlayStation que ofrecía Barrios por redes sociales.
Según relató el policía en su declaración indagatoria, el joven le dijo que lo acompañara por un pasillo del barrio cuando apareció otro hombre que lo amenazó con fines de robo, por lo que sacó su arma reglamentaria y disparó, siempre según su testimonio, cuando el asaltante ya había hecho lo propio.
La familia del joven asesinado asegura que ese enfrentamiento no ocurrió y que los únicos disparos que se escucharon fueron los del arma del efectivo policial. Adrián, como lo llamaban sus padres y amigos, estaba desarmado.
Tras la balacera, Rendichi fue a entregarse a la Comisaría primera de Avellaneda, donde puso a disposición de la Justicia su arma reglamentaria y otra pistola 9 milímetros, que dijo que era con la que le habían disparado a él.
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