Cuatro baleados en Mar del Plata en menos de 48 horas y un silencio que se repite
Los ataques ocurrieron en los barrios Cerrito, General Belgrano y a la salida del boliche La Cumbre. Las víctimas pasaron por el Hospital Interzonal, pero ninguna quiso denunciar ni dar detalles. La policía advierte que el silencio, por miedo o por códigos propios, complica aún más la violencia urbana.
El viernes por la tarde, pasadas las 18.00, un llamado al 911 alertó sobre un enfrentamiento armado en el barrio General Belgrano. Al llegar a la esquina de 232 y Vértiz, la policía encontró a un hombre de 32 años con una herida de bala. Fue trasladado por una ambulancia del SAME al Hospital Interzonal.
Poco después, un segundo hombre, de unos 44 años, llegó por sus propios medios al mismo hospital con una herida también provocada en el mismo lugar. A pesar de la clara relación entre ambos casos, ninguno de los dos quiso aportar información sobre lo ocurrido.
Otra víctima en el barrio Cerrito, y la misma respuesta
Ya en la madrugada del sábado, cerca de las 4.30, un nuevo llamado al 911 alertó sobre un hombre herido en Azopardo al 5200, en el barrio Cerrito. Personal del Comando de Patrullas encontró a la víctima, un hombre de unos 30 años, con una lesión de arma de fuego. Fue llevado al Hospital Interzonal y, aunque quedó internado, no quiso declarar ni explicar qué había pasado.
Tiro en la pierna a la salida del boliche La Cumbre
El último de los episodios ocurrió el domingo por la mañana, pasadas las 7. Un hombre de 54 años fue baleado en una pierna a metros del boliche La Cumbre, en la avenida Luro al 4100. No esperó a la ambulancia: se fue solo hasta el hospital, donde recibió curaciones. También él optó por el silencio.
Una constante que preocupa: la ley del silencio
En cada uno de los casos, la respuesta fue la misma: las víctimas se negaron a aportar datos. Por protocolo, la policía entrevista a toda persona que ingresa al Hospital Interzonal con heridas compatibles con hechos violentos. Pero según reconocen fuentes policiales, hay un patrón que se repite: “muchos dicen que lo van a resolver por su cuenta”, explican.
Ya sea por miedo, por conflictos personales o por códigos que la policía no comparte, el silencio refuerza un círculo de violencia difícil de romper.
Los cuatro casos son investigados por el fiscal Alejandro Pellegrinelli, aunque hasta el momento no se ha logrado avanzar en ninguno por la falta de información.
Fuente: La Capital
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