Del "diablo con sotana" de Bergoglio a la "sencillez" de Francisco
El Papa fue duramente criticado por el Gobierno durante sus años en el Episcopado argentino. La ausencia de los presidentes a los tedeum y una reunión con Cobos alimentaron el distanciamiento. Sin nombrarlo, Néstor Kirchner lo comparó con el diablo. También fue abucheado en actos kirchneristas tras su nombramiento como Santo Padre. A días de las PASO, el oficialismo lanzó afiches con su imagen.
El miércoles 13 de marzo de 2013, el excardenal Jorge Bergoglio fue elegido en el Vaticano como nuevo Papa de la Iglesia Católica con el nombre de Francisco. A finales del 2011, el religioso había dejado el Episcopado argentino tras seis años signados por una relación compleja con los Gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
El trato con Néstor Kirchner comenzó con un encuentro formal cuando Bergoglio era el titular del Episcopado, poco después de asumir el mando. Pero en la homilía celebrada en 2004 el cardenal ya se mostró crítico y cuestionó "el exhibicionismo y los anuncios estridentes", en un mensaje dirigido al expresidente.
El distanciamiento se acentuó luego de que Néstor decidiera no asistir a la homilía de 2005 , lo que provocó que el tedeum fuera cancelado. Fue el primer chispazo entre la Iglesia y el Gobierno kirchnerista. "No hay relación de la Iglesia con el Gobierno", fue la respuesta , meses después, anunciada por el vocero de Bergoglio.
Luego de protagonizar algunos roces con el cardenal, Kirchner comenzó a entrever a Bergoglio como el articulador de un proyecto opositor. Como un punto cúlmine, el exmandatario disparó: "Nuestro Dios es de todos, pero cuidado que el diablo también llega a todos, a los que usamos pantalones y a los que usan sotanas."
Al asumir la presidencia Cristina Fernández, en 2007, las cosas no fueron mucho mejores. La conducción del Episcopado mantuvo una reunió por primera vez con la Jefa de Estado semanas después de su asunción. El primer enfrentamiento de la Iglesia con Cristina ocurrió en 2008, cuando Bergolio tuvo un encuentro con Julio Cobos en medio del conflicto con el campo.
En 2009 volvieron los cruces entre el Gobierno nacional y la Iglesia. Bergoglio hizo declaraciones en las que sostuvo que "el peor riesgo es homogeneizar el pensamiento" y llamó a terminar con la "crispación social", un término que muchos seguidores kirchneristas aprovecharon para ironizar al convertirlo en "cris-pasión".
Ese mismo año, Benedicto XVI llamó a terminar con el "escándalo" de la pobreza en Argentina, a lo que el cardenal acotó: "El país no se hace cargo de la gente". Tras las declaraciones hubo una reunión entre la Presidenta y Bergoglio para calmar la situación pero en 2010, la ausencia en los tedeum marcó el alejamiento definitivo de los Kirchner con la Iglesia.
La aprobación de la ley de matrimonio igualitario en 2010 fue el momento más tenso de la relación. Si bien en la Jornada Mundial de la Juventud 2013 en Brasil Francisco manifestó: "Quén soy yo para cuestionar a un gay", ese año Bergoglio criticó la ley y pidió a los sacerdotes que "resalten el valor de la familia". El debate por el aborto no llegó a profundizar los cruces porque Cristina ordenó frenar la polémica guía que promovía la interrupción del embarazo.
La mala relación también estuvo alimentada por algunas "chicanas" de la Presidenta hacia la Santa Sede. A principio de este año, mientras la Iglesia Católica decidía los pasos a seguir en la sucesión de Benedicto XVI, Cristina ironizó con el tema y en un acto en Casa Rosada dijo: "Decí que no hay papisa, si no, te disputo algún lugar".
El distanciamiento también pudo verse reflejado en marzo pasado, cuando la mandataria encabezó un acto en Tecnópolis y al nombrar al Sumo Pontífice, sus seguidores lo abuchearon. Además, la Jefa de Estado fue una de las que más tardó en felicitar al religioso a través de Twitter, red social que albergó duras críticas de sectores kirchneristas hacia el flamante Papa.
Tras la popularidad que tomó el Santo Padre tanto en nuestro país como en el resto del planeta, Cristina optó por acercarse a Francisco. El primer contacto entre la Presidenta argentina con el líder de la Iglesia Católica se produjo el 18 de marzo en el Vaticano, donde ambos intercambiaron regalos. Allí, la mandataria destacó la "sencillez" que caracteriza al Sumo Pontífice.
Mientras tanto, algunos sectores del oficialismo acusaron a Bergoglio de haber colaborado con la dictadura pero el Vatincano rechazó la acusación en una conferencia. D´Elía cargó duro contra el Santo Padre, al igual que la novia de Boudou, La Cámpora, el programa 678 y el diario Página 12. Sin embargo, tras su encuentro con Cristina, desde el oficialismo comenzaron a elogiar al Papa.
Luego de saludarlo a través de una curiosa carta por el día del Papa, la Jefa de Estado mantuvo su último encuentro con Francisco el domingo 28 de julio. Allí aprovechó para congratularlo junto a su principal candidato a Diputado nacional por la Provincia del FPV, Martín Insaurralde. Pocos días después, esa imagen apareció en afiches que empapelaron la Capital Federal lo que desató duras criticas de varios dirigentes.