El conflicto de los pescadores bahienses se vivió hasta en la Iglesia
La represión policial contra los pescadores en Ingeniero White llegó incluso puertas adentro de la Parroquia, donde los trabajadores se refugiaron de las fuerzas de seguridad. El cura recibió golpes en el rostro.
La extrema violencia vivida ayer en el puerto de Bahía Blanca, en el marco del conflicto de los pescadores, tuvo un capítulo aparte la noche de la Navidad: mientras los pescadores intentaron refugiarse en la Parroquia, la policía hizo lo mismo para reprimir a los trabajadores.
Ante la violencia policial, los pescadores artesanales quisieron ampararse en la Parroquia Exaltación de la Cruz. Pero la irracionalidad no reconoce ni lugares ni santos: la policía entró a la Iglesia y golpeó a los manifestantes. Hubo balas de goma, gases y desordenes por la nave central y los pasillos.
El sacerdote Juan Carlos Naviliat contó que esa noche “estaba en la casa parroquial, que no está conectada con el templo; cuando escucho gritos, corridas, salgo y me encuentro en pleno conflicto de los pescadores, que ingresaban al interior de la iglesia buscando refugio, ante la persecución policial".
El cura quiso mediar entre las partes para detener la violencia. En la confusa situación, uno de los trabajadores lo agredió con un golpe en la cara, creyendo que había abierto la Iglesia para facilitar la represión. "En un momento pensé que me mataban", dijo el párroco.