"El animal es un ser que siente, que piensa y que puede decir qué necesita": Karina Lecchi, comunicadora interespecies
Desde Rauch, Karina Lechi enlaza su trabajo en la biblioteca pública con una práctica espiritual de comunicación con animales. Dice que no es un don, sino una forma de escucha que todos podemos ejercitar. “El mundo humano no es la única realidad”. Entrevista completa con LANOTICIA1.COM.
Por Gabriela Edith Lorenzo
Karina Lechi vive en Rauch, una ciudad del interior bonaerense con alma de pueblo. Se formó en bibliotecología, estudió psicología en La Plata y desde hace años trabaja en una biblioteca pública, donde impulsa actividades que combinan literatura, empatía y comunidad. Pero hay otra dimensión menos visible de su vida: Karina se dedica también a la comunicación interespecies, una práctica de conexión intuitiva con animales —vivos o muertos—, que muchas veces recurren a ella personas que atraviesan momentos difíciles, como enfermedades o extravíos.
“Esto no es un don ni algo sobrenatural”, aclara desde el inicio de la entrevista. “Es una capacidad que todos tenemos, una forma de escucha que se puede entrenar”.
Un puente entre mundos
¿Tu conexión es solo con animales domésticos?
No, es con todo, en realidad el término es interespecie, también por una creencia animista, como que todo tiene una energía con la que nos podemos comunicar. La comunicación interespecies es una manera de comunicarnos con todos los seres entendiendo que, los animales, las plantas, poseen una conciencia con la que podemos establecer una conexión a través de la intuición. Se podría decir que es una comunicación simbólica que podemos establecer con ellos y ellos con nosotros también. Yo realizo comunicación con animales y veo cómo se refuerzan los vínculos de convivencia, el afecto que nos sentimos y las familias también comprenden que ya se estaban comunicando con sus animales de alguna manera.

¿Por lo que más te contactan es por los gatos perdidos?
No, en realidad no. No tengo una estadística, pero creo que muchas personas llegan cuando hay situaciones de enfermedad de los animales. En el imaginario colectivo hay una idea de que las personas que hacen lo que hago yo es un poco misterioso, no se entiende bien, o se piensa que todos hacemos lo mismo. Por ejemplo, familias que me contactan porque sus animalitos están muy enfermos o ya tienen un diagnóstico donde les dicen que no va a salir de lo que tiene. Entonces, siempre lo primero que les digo es que no van a encontrar cura en mí. Siempre con un marco ético donde yo digo, "Bueno, mira, eh tiene que haber un un control médico, un revisar ese tema siempre de la responsabilidad de las personas con los animales, si están sintiendo dolor, ¿no?
O sea, que la comunicación es establecer ese contacto con el animal entendiendo que es un ser que siente, que piensa y que puede decir qué necesita, qué quiere, qué le hace bien, qué es lo que le está molestando. Entonces es una apertura para que el animal pueda expresar estas cosas. Y la manera en la que se expresa todo todo eso es a través de la intuición y una conexión es no solo el sentir, sino también un pensar, ¿no? Hay un discernimiento y una interpretación de la de de todo lo que el animal puede ir transmitiendo.
La historia de Kari, entre juegos de telepatía y naturaleza
Contanos un poco de tu historia y cuándo fue la la primera vez, si es que lo tenés presente, que te diste cuenta que tenías esta intuición especial
Bueno, yo nací en Río Turbio en Santa Cruz y ahí compartía, mucho tiempo con mi mamá, mi mamá…. eh eh la verdad que no sé si lo he hablado mucho con ella de dónde ella tenía estas creencias de que nos podíamos comunicar entre todos, como algo invisible que hacía que pudiéramos saber lo que le pasaba al otro, lo que sentía el otro para poder ir a ayudarlo. Mi mamá tiene premoniciones, y siempre le tuvo miedo, porque eran como cosas malas las que ella veía que le podían pasar a alguien. Y en efecto sucedían.
Y con ella practicaba, era una idea de ella, la de “Vamos a estar muy conectadas entre nosotras y vamos a hacer telepatía”. Tuve ese recuerdo de siendo muy chiquita, que ella tenía esta idea de que teníamos que estar lejos una de la otra y que ella iba a pensar en algo que yo tenía que adivinar. Era un juego. Y y siento que ha sido algo todo esto de la intuición que había algo más ahí afuera, que podía sentir lo que estaba pasando más allá del cuerpo, de las palabras, es algo que ha estado muy naturalizado en mi vida. Mi abuela también, de parte de mi mamá, era curandera. Y una curandera que era recomendada por el médico en algunos en algunos casos. Cosas bien así del pueblo y venía gente a curarse el empacho a la casa de ella y ella les esperaba con el té. Eh, no sé, entonces como que bueno, era un poco ese entorno en el que yo me me crié.
Y la primera vez que que tuve como un indicio … porque la verdad que el pensamiento primero es como “bueno, no no soy muy normal”, como es algo que da un poco de miedo, porque decís, "Bueno, todo el mundo no está hablando de que ve estas cosas, ¿no?".
Y fue con una abuela que falleció y la vi en mi casa. Y tampoco fue algo muy ajeno a mí, como que yo tenía un poco reforzada una creencia de que es posible la vida después de esta y que hay una existencia de un alma. Mi familia es católica y, o sea, de esto se hablaba en catequesis, ¿me entendés? bueno, era como algo posible. Y bueno, yo creo que lo primero que recuerdo es esa conexión con esa abuela que había fallecido. Y bueno, nada, sentir su perfume, que mi mamá me diga, "¿Sabes qué? Si alguna vez te da miedo escribirle una carta." ¿Viste? Ese fue como el primer puente de comprensión de que podía haber una comunicación entre entre dos mundos; uno visible, que era este que yo vivía y aquel invisible que era a donde se iban los que ya no estaban acá.
La crisis del 2001, la facultad en La Plata y el redescubrimiento de regreso a Rauch
¿O sea que esta es una habilidad que trabajás desde la infancia?
En realidad no. En realidad yo pasé la adolescencia escribiendo mucho, me encantaba escribir y leer. Después de grande puedo ver en las cosas que escribía cuando era chica que había algo más, o sea, no escribía sobre mí, escribía sobre lo que sentía que pasaba en donde vivía, lo que le pasaba a mis amigos, y me di cuenta que de alguna manera canalizaba las historias que había alrededor mío. Como que siempre tuve esta esta cosa de saber qué le pasaba al otro, entender que estaba pasando por algo.
Todo esto me hizo sentir que tenía que estudiar psicología, aunque todo el mundo pensaba que yo me iba a tirar por las letras, y me fui por la psicología que con el tiempo también vi que hay muchas personas que pasan por lo mismo que yo, esto, ver espíritu. Parece que que es como que querés comprender y tener una prueba de que eso es posible, que no estás mal, que no estás como desencajado de cómo ven la realidad las otras personas. Y bueno, nada, pasa el tiempo y yo esto lo bloqueo un poco. Creo que también tiene mucho que ver con la época, o sea, yo mis 20 eran el 2000 2001. Entonces, bueno, que estábamos en la calle, estábamos marchando, estábamos ahí. Entonces, muy muchísimo más conectada con esa realidad, más material, obviamente.
Y bueno, nunca dejé de tener esta sensación, de saber lo que le estaba pasando a alguien. Cuando yo me encuentro mucho tiempo después, creo que tenía 25 y una amiga me dice, "Pero vos sabes que eso lo puedes estudiar." Y le digo, ¿cómo estudiar esto? ¿Cómo no es natural? ¿No es que a algunas personas les pasa? Y bueno, ahí yo me pongo a buscar un poco más. Y en ese mismo tiempo llega a casa una gata y yo le escucho, en el momento de sinceramente no lo creí pero fue tan fuerte, algo como te escucho yo ahora vos, y me dijo: "Yo me voy a quedar acá."
Porque es una gata que se metió a mi casa y yo me tenía que ir a trabajar y le digo, "Vos tenés que irte." Vos tenés que irte porque tengo que cerrar mi casa y no te puedes quedar acá adentro. Y no la pude atraer hacia afuera y dije, "Bueno, que sea lo que Dios quiera." Y yo había escuchado esta frase de ella. “Yo me quedo acá”. Y cuando llego a la noche me la encuentro en el mismo lugar, arrodillada en el sillón. No había hecho nada, o sea, no había hecho pis, no había roto nada. Y es una gata que se quedó y fue algo muy increíble para mí en ese tiempo porque ella me hablaba. Ella me hablaba y todo lo que decía era muy contundente. Como algo que para probármelo a mí, que esto ocurría y que era posible.

Y ahí te fue como que te terminaste orientando más a la conección con con los animales…
Ahí fue sí, como que descubrí eso. Para ese tiempo conectaba con personas, porque yo empecé a practicar con encuentros con personas para ver a sus familiares fallecidos, como un medium. Y llegaban personas, esto también fue todo en el en el marco de una escuela. Estuve en muchas escuelas de psique, hay un montón. Algunas muy muy sectarias. Ahí empiezo a entrar en un universo donde hay de todo, y donde yo fui construyendo también una posición sobre algunas cosas.
Porque siento que hay una una espiritualidad tomada por el por el sistema capitalista, obviamente. Y entonces me fui formando un poco mi manera de ser y de actuar en todas estas situaciones. Porque las personas que llegan en estados de desesperación por querer conectarse, por tener respuestas. Que se llene ese vacío existencial que hay en sus vidas en algunos casos. Y bueno, hay una tendencia a que te idealicen, que te coloquen en un lugar de maestría donde yo no me siento para nada, al contrario. Me siento muy terrenal, muy humana y por eso es que sí siento que estoy muy despierta, no estoy muy despierta porque estoy conectada como con otra dimensión.
En muchos de esos lugares se trata de agarrar a la persona como que" vos te tenés que mejorar y ser increíble para empezar a trasladar eso a los demás". Hay algo de verdad en eso, pero yo creo mucho en el en el sentido comunitario.
Entiendo cuando hay tanto prejuicio sobre este tipo de profesiones porque hay mucha estafa, mucho engaño para que la gente compre salud, compre la atención de alguien y que le digan lo que necesitan sentir. Asique yo empecé con los animales como una práctica. Tampoco es como una adivinación y como que entre en un trance ni nada. Creo que es una cuestión así muy fuerte de empatía. Que bueno, hoy día la neurociencia está estudiando mucho esto del cerebro, y las neuronas y cómo nos conectamos. Y bueno, nada, se corrió sí una una bola bastante grande. Y bueno,se hizo una bola bastante grande, todavía se mantiene, quizás lo que todavía perdura mucho en mi vida es ese boca en boca.
Y por qué elegiste volver a Rauch?
Al principio viajaba a estudiar a La Plata y después me quedé unos 6 ó 7 años y despué me costaba quedarme en Rauch, pensaba que acá era muy quieto, que era muy tranquilo, estaba muy acostumbrada a la ciudad, a ese movimiento de que todo el tiempo teníamos algo para hacer y salir y hacer cosas y acá, parece que nada. Y una realidad, como que veías que todo el mundo estaba atento a lo que estaba pasando. Igual acá, aunque es un pueblo chico, esa presión social existe, hay gente que vive detonada con muchos trabajos para poder llegar a fin de mes, hay gente que no llega, no le alcanza, no tiene y está haciendo changa. Entonces como que no idealizo esta vida.
Aunque acá podés tener quizás mayor contacto con la naturaleza, hacemos dos cuadras y vemos todo el horizonte. Podemos ver como entra y sale el sol todos los días. Es algo hermoso, re lindo y creo que aparte de un privilegio. Pero no me olvido también esto otro, que hoy acá, incluso en este lugar, tener techo y comida es un privilegio enorme. Cambió mi forma de ver este lugar, hoy me conecto con muchas personas con ganas de hacer cosas acá. De hecho con una amiga estamos planteando para hacer algún ciclo de cine, para poder debatir y hablar sobre cosas que nos movilicen.
Parece ser que es como el eje de mi vida, encontrar lugares o crear lugares, donde podamos encontrarnos y conversar y mirarnos las caras

Cómo es el contacto con el animal y los casos más emocionantes
¿Cómo establecés esa comunicación con el animal?
Yo puedo ver, puedo escuchar qué te dice tu animal, qué necesita. Lo primero que me daba cuenta en esos primeros casos es que se generaba un diálogo y una comprensión de que sus animales podían sentir, para muchos eso era una revelación. Aparte también, por supuesto, en nuestra sociedad esa idea de animal doméstico que separó mucho también la comprensión de que los los animales que son considerados bienes de consumo, la vaca, los cerdos, también se pueden comunicar de esta manera, y tienen su su sensación y percepción de la realidad, de la vida y de lo que les pasa.
Y empecé a cobrar cuando me empezaron a pagar cualquier cosa. Había personas que se sentían tan agradecidas y entonces ahí empecé a meter un precio sugerido, e igual me siguió pasando lo mismo. Y entonces me hacía sentir re mal, no me sentía cómoda con eso que claro, era el el el valor que ellas le daban haber escuchado una historia de ese animal que era muy muy significativa para para sus vidas. Siempre fue el aprender, también estoy en esa línea de que todavía parece que a veces necesito creer también que esto es real. Entonces, esa retribución de las personas para mí es muy valiosa, quizás más valiosa que el dinero.
Alguna historia que tengas más presente?
Hay historias muy muy increíbles… la primera que recuerdo y que se me viene ahora es de una familia muy querida, es de un perrito payo que estaba en una situación muy difícil porque mordía todo, ya no sabían qué hacer. Había pasado por veterinarios, por educadores caninos, de todo y no habían podido conseguir que él deje de morder a las personas que entraban a la casa y había empezado a agravarse la situación, porque estaba mordiendo a la familia y había nenes chiquitos.
Me acuerdo que vi una imagen muy muy increíble ,muchas veces yo tampoco sé cómo funciona mucho esto. A veces hay imágenes muy simbólicas, pero que son muy entendibles para la persona que recibe, no para mí. Aunque no le encuentro sentido, no encuentro significado, pero las personas sí. Lo que yo veo es como una peliculita, igual que como cuando alguien recuerda algo que hizo. No hay nada especial ni nada.
Y bueno, tengo una descripción que cuando yo vuelvo a hablar con la humana de ese perrito, ella estaba quebradísima, pero bien. A ella le hizo sentido lo que le conté y entendió el mensaje del perrito y dejó dejó de morder, no sé, fue increíble. Te muestran que hay algo más ahí en el misterio que no llegas a saber ni explicar. Me acuerdo que muy muy poquito tiempo después me mandó una foto, que la tengo en mi memoria, que es la de él recostado con uno de los nenes y con ella en en el balcón y fue muy emocionante, porque ella decía: "estoy disfrutando de algo que yo creía que era impensable."
“Saber que no estás solo”
Con los animales extraviados pasa lo mismo, ¿no?
Ese es un servicio que yo doy gratuitamente por muchas razones. Porque sé que en las personas despierta algo, un toque ahí hacia una sensibilidad olvidada o dejada de lado, que es esta dimensión espiritual del ser humano. Este creer en algo. Todo el tiempo yo le digo a las personas, no dejes de buscar y hablar con tus con tus vecinos, con la gente que está cerca tuyo, porque eso vale muchísimo más que lo que yo te pueda decir desde acá de mi casa. Las personas que están ahí, los que están ahí que recorren, que miran, que ven y que pueden tener la voluntad de ayudarte.
Yo siento que se despierta ahí un valor que es muy importante, sobre todo también en estos tiempos. De saber que tenés a un otro ahí con el que contás, que no estás solo.
Entonces les digo que tienen que insistir, hablar y se genera mucho eso, que capaz que a un vecino que jamás le tocás la puerta, vas por el tema este y te dejan entrar a los patios, a revisar, a ver. Para darte cuenta que no estás solo ahí aislado, y que podemos estar muy distanciados por muchas razones, pero cuando hay ese momento de apuro, de necesidad de ayuda, contás con ese que está al lado tuyo, que capaz que hace 20, 30 ó 50 años que vive al lado de tu casa y nunca le habías hablado ni sabías quién era.
Además sos bibliotecaria…
Creo que eso también me da mucho pie en la tierra porque bueno, obviamente todos los días estoy en contacto con la realidad de las personas, ideando salidas a la comunidad y viendo cómo estrechamos lazos, entre las instituciones y las personas que viven acá en Rauch que tiene 16 000 habitantes.
Me decías que sentís que hay una continuidad entre tu trabajo como bibliotecaria y tu comunicación con con los animales
Es un poco difícil de explicártelo porque es un poco a nivel intuitivo, como el saber a dónde tenés que actuar, a dónde tenés que estar, con quién tenés que hablar, y entender cuándo es el mejor momento para hacer determinada acción, eso es algo que es un poco difícil de explicar porque es invisible en realidad.
Mi lugar de trabajo con mis compañeras, yo siento que es sólido y somos muy amigas ahí, porque existe también esta posibilidad, como te decía, de tocar lo espiritual. Que lo que estamos haciendo tiene un sentido que nos trasciende; y entonces en lo que hacemos hay siempre una búsqueda de de mejorar las cosas, de entregar una respuesta que vemos que es necesaria para que se junten grupos a hablar, hacer trabajo compartido, de poder generar sobre todo espacios de conversación.
Yo siento que es ahí, sobre todo mi espacio que es la biblioteca; a través de sus símbolos se genera una ayuda que es indispensable,. Para mí eso es fundamental; como que hay alguien ahí que los escucha.
La biblioteca es un espacio, donde, en el sistema educativo y fuera de él, también en los espacios no formales, es un lugar donde se generan espacios de escucha muy íntimos. También tuve un periodo donde trabajé en primaria y recuerdo esto con mucho cariño, donde yo sentía que podía ayudar desde ahí, de poder ver cuál es el dolor del otro y que pueda haber ahí un lugar de consuelo. Creo que en el lugar donde más lo experimenté fue en una escuela en infancia muy vulnerable y encontraban, como decía, un refugio en la biblioteca, y justamente esto de la escucha.

A mí un poco me costó darme cuenta que la biblioteca era mi lugar, porque yo también en algún momento un poco como que compré esa idea de “sé tu propio jefe y qué sé yo" y de golpe como que dije: "Uy, con lo que yo hago, que es espiritual, capaz que no tengo que estar trabajando acá". Entoncesen un momento me di cuenta de una forma muy afín a mí que fue a través de un sueño muy muy simbólico y muy claro para mí que era que yo no estaba viendo lo que ese trabajo me daba a mí. La biblioteca, el ser docente es un lugar donde yo pongo aparte, de tod lo que tiene que ver con lo pedagógico, la escucha.
La escucha que es esto para mí, no sé… es todo lo que hago, ¿no? O sea, escucho a la familia que viene a verme porque tiene un problema, escucho después en el animal cómo se está manifestando ese problema, cómo lo siente, y después pues comunicar eso. Es lo mismo que de alguna manera siento que puedo llevar a través de esto que hago a esa familia, a esa casa, esa persona, el poder revisitar su pasado, su historia, su vida y revisar dónde es, dónde fue feliz,
Es una palabra que no había utilizado hasta ahora y es… no sé, lo fundamental en esa comunicación, el poder escuchar al otro lo que le pasa. Siento que un poco sin darme cuenta la biblioteca fue un entrenamiento también para mí.
Cuando algún nene venía a la biblioteca y me decía necesito hablar o sin hablarnos, que sacara algún libro que yo sabía que lo conmovía por algo que pasaba en esa historia, y que necesitaba que se lo lea. Entonces yo pude valorar también que mi lugar como docente, como bibliotecaria era un lugar al que yo no le estaba dando valor; y siento que los animales en ese sentido me salvaron, como que resignificaron el porqué yo elegí ser docente.
La delgada línea entre lo espiritual y lo esotérico
También tenes comunicaciones con animales trascendidos ¿qué opinás de la relación del Presidente con Conan?
Con el tema de que habla con el perro muerto, esa utilización del animal como un oráculo, que es algo que digo todo el tiempo a las familias. El animal no es un oráculo y no sé qué es lo que te hace creer que el animal sabe más que vos sobre tu existencia. Los animales no se paran como dioses ante la vida, al menos yo no he visto a ninguno así. Ehhh y bueno, yo me río de los memes, el perro muerto y qué sé yo.
Vos como comunicador animal vas porque la familia está preocupada por algo o tal vez tienen curiosidad por algo que está sucediendo que no pueden explicar bien, y abrís un espacio de escucha para que el animal pueda expresar y decir qué es lo que le pasa, qué es lo que le molesta, no sé, por ejemplo, en casa ponen la música muy fuerte, es algo que ha escuchado decir a los animales. Como me molesta y me aturde la música, eso. Entonces, la familia, dice vamos a bjar un poco el volumen.
O sea, es eso. El el sentido, el fin de la comunicación con animales es entender que los animales sienten y piensan, que entienden lo que está pasando en casa, que les podemos hablar y no estamos locos si les hablamos a nuestros animales, que al contrario, es un síntoma también de salud en la familia o en el barrio, si son los animales que están ahí afuera. Y entonces, esa actitud de, puedo hablar con los animales voy a ir a él cada vez que lo necesite, habla de muchas cosas que están muy mal.
Cómo es tu experiencia en la comunicación con animales trascendidos?
Y he tenido la experiencia de algunas personas que necesitan más, que están buscando una guía, una respuesta, no una conexión.
Como que quieren más, como “¿lo podemos hacer una vez por semana, lo podemos hacer todos los meses?”. Y bueno, no, porque entonces también ahí abrimos el tema del salud mental. Hay una ayuda ahí que a través de esta de este tipo de conexión no vas a encontrar. Yo eso también lo digo mucho.
Hay respuestas que a través de la conexión con un animal trascendido no vas a tener, es una conexión muy diferente a con un animal que está vivo. Porque ahí, por ejemplo, no hay un tiempo para una preguntas y respuestas o de explicarle y decirle cosas. La energía es mucho más rápida, diferente y realmente hay una conexión que no siempre se da y sobre todo, porque el no tener el cuerpo físico hace que haya muchas sensaciones que estás teniendo el espíritu que son difíciles de transmitir también.
No sé que hay del otro lado, pero a veces veo que no hay gente recibiéndote. A veces veo eso. A veces no veo un paraíso, un lugar físico; con tierra, pasto, sol, agua.
Entonces, hay como todas unas ideas sobre lo que es comunicar con los espíritus, cuando yo escuchaba lo que pasaba con con Milei y con la hermana que había hecho el curso de comunicación con animales y se comunicaba con el perro cada vez que necesitaban un consejo… Los animales como oráculos no tiene mucho sentido. Porque bueno, estamos nosotros en esta realidad para vivirla y hacer lo que nos corresponde y tomar nuestras responsabilidades, hacernos cargo de nuestras cosas.
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