Habló la funcionaria que estuvo presa en Ezeiza por el escrache a Espert: “Fue un calvario, estaba todo guionado”
Alesia Abaigar estuvo alojada en el penal bonaerense, acusada de tirarle bosta a la propiedad del diputado libertario. “Me taparon la cabeza con una campera, me metieron en el patrullero”, relató.
La funcionaria bonaerense, Alesia Abaigar, rompió el silencio. Denunció maltratos durante su detención, maniobras mediáticas y un operativo montado con fines aleccionadores. Aún lleva una tobillera electrónica y reclama la liberación de otra militante peronista.
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A pocos días de haber sido liberada por orden de la Cámara Federal de San Martín, Alexia Abaigar habló públicamente sobre su detención en el marco de la causa por el ataque a la casa del diputado José Luis Espert. En diálogo con radio PERFIL, la funcionaria calificó el operativo como un “show mediático” y denunció haber sido víctima de un procedimiento “humillante y aleccionador”.
“Fue un calvario. Estaba todo guionado”, afirmó. Abaigar relató Abaigar. Sobre cómo fue la irrupción policial en su domicilio, detalló: “Entraron a mi casa, empezaron a revisar todo. Encontraron un póster de Evita, el libro Sinceramente de Cristina… imaginate mi desesperación. Yo sabía que mi mamá estaba ahí, mi mamá cumple 70 años el mes que viene”.
Según relató, la obligaron a repetir tres veces la caminata esposada para registrar mejor las imágenes. “Me taparon la cabeza con una campera, me metieron en el patrullero, hicieron unas 15 cuadras y escucho a la jefa de policía que dice: ‘¡No, no, volvé! Filmen todo de nuevo, saquen las fotos de nuevo, el juzgado quiere que sea con la cara descubierta’. Volvimos a San Isidro y me hicieron caminar esposada, sin capucha, para grabar todo”, denunció.
Pero lo más grave, para Abaigar, fue que también esposaron a su madre, una mujer de 70 años. “Una locura”, resumió. “A mí me trataron con saña. Esto es absolutamente aleccionador. Molesta muchísimo una mujer en política, molesta muchísimo una mujer que cuestiona el sistema”, subrayó.
Actualmente, contó que todavía tiene colocada una tobillera electrónica. “Si me hubiesen dejado sola, sin respaldo, seguro seguía presa. Me salvó estar organizada y acompañada”, expresó.
Finalmente, sostuvo que continuará luchando por la liberación de otras detenidas en la misma causa: “Haré todo lo posible para que liberen a la compañera que sigue en Ezeiza. Hay que seguir organizados y alertas. No nos vamos a callar”.
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