La pesadilla de un vecino en Florencio Varela: Reclamó por los robos y ahora lo amenazan y hasta le tirotean la casa
Desde el comienzo de la cuarentena, Ramón Pereyra está viviendo una pesadilla en el barrio San Francisco. Su madre sufrió una seguidilla de robos y cuando hizo la denuncia, los delincuentes volvieron para balearle la casa. El hombre decidió movilizar a los vecinos y encabezaron una protesta. Pero este miércoles sufrió otro ataque a balazos en su domicilio donde se encontraba junto a su familia. Desesperado y con miedo, pide ayuda. "La Policía los detiene pero como son menores los largan y a la media hora están robando. Hasta que no haya un muerto no paran".
El municipio bonaerense de Florencio Varela es uno de los más afectados por la inseguridad en esta cuarentena por coronavirus. Según indicaron los habitantes del barrio San Francisco, hace cuatro meses la delincuencia se ha apoderado de la zona, atacando a mujeres que van a hacer las compras, a personas que salen temprano a trabajar y también a quienes creen estar seguros dentro de sus casas. Cansados por la situación y ante el temor de ser la próxima víctima, los vecinos de la zona dejaron atrás el miedo y se autoconvocaron. Primero organizaron cuadrillas para patrullar las calles y luego encabezaron una manifestación y corte de tránsito en Ruta 53. El hecho que rebalsó la paciencia de los vecinos fue la entradera que sufrió hace 11 días una mujer, por parte de delincuentes que ya habían asaltado ese domicilio en cinco ocasiones. Anteriormente, una joven fue abusada durante una entradera y otros dos vecinos perdieron la visión por un asalto a una vivienda donde delincuentes utilizaron bombas molotov.
"La Policía detiene a los ladrones pero como son menores la Justicia los libera a la media hora y el mismo día vuelven a robar", habían denunciado en aquella oportunidad los vecinos a LaNoticia1.com. Sin embargo, a once días de la protesta, el panorama aún empeoró más. Ramón Pereyra, uno de los vecinos que había participado de la marcha y habló con varios medios para visibilizar el conflicto, sufrió este jueves por la mañana un salvaje ataque a balazos en su domicilio, a plena luz del día. "Todo comenzó con una seguidilla de robos en la casa de mi mamá. Hace 15 días entraron de nuevo a la vivienda y amenazaron con un cuchillo a su inquilina. Cuando ella hizo la denuncia en la Policía, a las pocas horas los delincuentes volvieron y le tirotearon la casa. Ahora que hicimos la protesta y salimos a hablar en algunos medios nos volvieron a amenazar a tal punto que este jueves a la mañana nos tirotearon mi casa", relató el hombre ante los micrófonos de este portal, con su voz resquebrajada por la angustia y el miedo.
"Esta bandita empezó robando zapatillas y garrafas en la casa de mi madre. Al principio ella no quería denunciar porque son conocidos del barrio y hasta les entregó dinero para que dejaran de molestarla. Pero después pasó a mayores porque le entraron a la casa y después de la denuncia le balearon el frente. Ahora como salimos hacer marchas y denunciar en los medios me tirotearon la casa", expresó Ramón. Al momento del ataque, el hombre se encontraba en su casa junto a su esposa y sus hijos de 10 y 15 años. "Me balearon todo el frente y tuvimos que tirarnos al piso. Por cuestión de centímetros no fue una tragedia sino hoy nos estarían velando a todos. Hace rato estoy pidiendo a la justicia que tome medidas y a las cámaras de televisión que vengan a visibilizar esto, pero parece que hasta que no haya un muerto todo esto no sirve", reprochó Ramón, quien sostuvo que la situación "ya es imparable": "Vivimos amenazados, con miedo y ya no se puede estar más en este barrio".
Pereyra detalló que la banda tiene más de 50 denuncias por robo y abuso de armas. "Algunos de ellos viven a media cuadra de la casa mi mamá y tienen con miedo a todo el barrio. Están en la esquina como si nada. Lamentablemente no se puede hacer mucho porque están armados. Y si la Policía los detiene, la Justicia al ratito los larga y ya andan en la calle robando de nuevo", señaló la víctima, que en ese sentido confesó que ya no sabe qué hacer. "Parece como que el sistema te deja solo y te empuja hacer justicia por mano propia. Yo soy un laburante y no me quiero cagar la vida a mi ni a mi familia. Todo esta situación te arruina psicológicamente. Ya estoy mal de la cabeza. Cada vez que alguien sale de casa no sabemos si va a volver con vida. Hoy estamos vivos porque Dios no quiere que nos vayamos. En el barrio todos tienen miedo de denunciar por temor a que los vengan a matar. El país está mal, está todo al revés. Toda esto hasta me saca hasta las ganas de vivir", concluyó.
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