Romina Cejas es paciente oncológica y ex empleada administrativa del bloque PRO de Luján, que conduce la concejal Rita Sallaberry. En su denuncia manifiesta que le comunicaron que la propia presidenta del cuerpo tomó la decisión de desvincularla de su posición sin motivo alguno y que dos concejales se comprometieron "a concederle un pase a otro área, en aras de conservar su fuente de ingreso y su obra social, a sabiendas de su estado de salud". 

Con diagnóstico en mano, Romina afirma que se presentó en su lugar de trabajo, a la espera de la formalización que le permitiría tener una obra social para afrontar su tratamiento. Pero de acuerdo a su testimonio, algunos integrantes del bloque no le creyeron y hasta llegaron a sostener que su cuadro de salud no era real. "He ido a trabajar con dolores, molestias y hasta fajada. Y pese a que siempre presenté todos los certificados médicos, ponían en duda mi enfermedad", explicó a LaNoticia1.com.   

Con ataques de pánico y asistencia profesional, Romina decidió comunicarse telefónicamente con Sallaberry. Pero de acuerdo a lo que indicó la mujer, luego de escucharla, la referente de María Eugenia Vidal en el distrito la bloqueó de WhatsApp.

Después de algunas promesas, aseguró que fue despedida sin ser notificada y atribuyó los motivos a una interna partidaria. En medio de la desesperación, decidió intimar a Sallaberry y al resto del bloque mediante telegrama y dos audiencias en el Ministerio de Trabajo. Pero hasta el momento no recibió respuestas. 

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Cejas relató que inició su militancia con Rita Sallaberry en mayo del 2021 y un mes después, dada la aparición de varios síntomas, se sometió una serie de estudios médicos: “Durante ese período milité con todas mis fuerzas, pese a que cada día me sentía peor. Yo estaba comprometida con mi trabajo y hablar con los vecinos me hacía olvidar los dolores”.

Ya trabajando dentro del Concejo Deliberante, luego de varias internaciones y de ser intervenida quirúrgicamente, la mujer advirtió una serie de irregularidades: "Extraviaron mis papeles para la designación en el cargo y fui la única en tener problemas con el cobro del sueldo porque en el sistema no figuraba como agente". Mientras los estudios arrojaban malas noticias y la enfermedad avanzaba, a Romina se le comenzó a “derrumbar el mundo”: “Tuve que pagar estudios de mi bolsillo porque la obra social no los cubría o tardaba en autorizarlos. Además, no paraba de pensar en la muerte y en qué sería de mis hijos”, comentó a este medio. Más allá de emprender diversos tratamientos en el Hospital Austral y en el Centro Médico VIDT, la paciente asegura que nunca dejó de prestar servicio. 

“Pese a que los médicos me recomendaron que tomara licencia, yo seguí yendo a trabajar para que mis hijos me vean bien y porque estar activa me hacía olvidar de los dolores. Pero a medida que fue avanzando el tratamiento, me empezó a costar levantarme y ya me sentía muy cansada. Llegó un momento que ya no me sentía fuerte para hacer actividades militantes en la plaza y decidí abocarme a mi responsabilidad, que era en el Concejo, me parecía lo más importante”, relató Romina, quien precisó que a partir de ese momento la relación comenzó a desgastarse.

De acuerdo a lo que indicó Cejas, el conflicto se agudizó aún más cuando en su espacio se enteraron que había participado de una mesa de campaña de Patricia Bullrich y ello fue lo que a su consideración fue el detonante de su desvinculación: "Era una actividad del PRO. Yo había pedido autorización para ir y me habían dicho que sí, que no había ningún problema. Sin embargo, poco después me cambiaron la cerradura de la oficina y me bloquearon el acceso a la computadora”. 

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Romina reveló que fue tal el vacío que le hicieron que terminó entrando en una profunda angustia. “Sentí que me moría, comencé con ataques de pánico, necesitaba alguien que me abrazara y me explique qué fue lo que hice”.

En ese marco desesperante, Cejas aseguró a este medio que intentó solucionar las cosas contactando a Sallaberry. Sin embargo la respuesta -según dijo- no fue la esperada: “A Rita le mandé audios y me terminó bloqueando”.

De acuerdo a lo que subrayó la denunciante, finalmente fue removida de la planta de trabajadores sin siquiera haber sido notificada. "Todos los certificados fueron enviados por mail y los originales se los quedó una concejal del bloque que no los entregó a la oficina de personal porque ya habían entregado el decreto de mi baja y no fui notificada", detalló. Por es razón, Romina emprendió una batalla legal que incluyó una denuncia en la UFI N°9 y que derivó en varias audiencias en el Ministerio de Trabajo. "Dada la falta de respuestas, todo se encamina rumbo a un juicio", concluyó.