Mar del Plata se moviliza con dolor y angustia frente al municipio: familias exigen respeto a la ley de discapacidad
Este jueves bajo la lluvia, padres, madres y prestadores compartieron testimonios de lucha, retrocesos en terapias y sacrificios diarios para garantizar derechos básicos a sus hijos y pacientes. Una postal que duele.
Mar del Plata se sumó este jueves a la movilización nacional contra el veto a la ley de emergencia en discapacidad, mientras familias, prestadores y personas con discapacidad esperaban la decisión de los senadores en el Congreso de la Nación. La concentración se realizó frente a la municipalidad del Partido de General Pueyrredón, con testimonios que reflejan la angustia y la incertidumbre que viven a diario.
Leonardo, uno de los manifestantes, resumió la tensión: “Dependemos de esto, de la decisión de hoy. Han sido meses muy difíciles, no solo para nosotros sino para todas las familias que conviven con la discapacidad”. Su relato se entrelaza con el de otras familias que describen un cotidiano lleno de preocupaciones, gastos inesperados y retrocesos en las terapias de sus hijos.
Para Ángel, una persona con discapacidad que depende del centro de día, la situación es crítica. Su madre explicó: “No saber qué va a pasar es una angustia terrible. Si nosotros no peleamos por sus derechos, ¿quién lo hará? El gobierno nos ignora, nos pisa, nos veta”. Las terapias de Ángel, que incluyen fonoaudiología, terapia ocupacional y natación, dependen de la obra social; sin ella, la familia afirma que sería imposible sostenerlas.
Julieta, madre de Santi, relató otra realidad: “Estoy endeudada, hago rifas para comprar sus insumos ortopédicos, remodelé un baño, porque Santi no puede esperar años por una silla de ruedas o tratamientos básicos. El tiempo de Santi es hoy, no mañana”. Historias similares se multiplican entre los asistentes, mostrando la vulnerabilidad y el desamparo que sienten las familias y las instituciones que acompañan a personas con discapacidad.
Mónica, trabajadora de uno de los centros de Mar del Plata, denunció la precarización de los profesionales: “Cobramos a 90 días, con honorarios congelados. Nos vemos obligados a buscar otros trabajos para sostenernos. Pero las familias no tienen un plan B; sus derechos están en riesgo”.
Beatriz Martín, referente de instituciones locales, advirtió sobre el peligro de cierres y recortes: “Si los centros de día cierran, ¿dónde va a ser atendida la persona con discapacidad? Todo lo que hacemos es por estas vidas, y no podemos dejar que el Estado nos ignore”.
Los manifestantes también destacaron el impacto económico y social de la medida: los traslados, la alimentación y los servicios básicos se vuelven insostenibles, afectando directamente la calidad de vida de quienes necesitan asistencia constante.
Mientras la lluvia caía sobre la puerta de la municipalidad, las voces se multiplicaban, mezclando llanto, indignación y esperanza: “Es un genocidio de las personas con discapacidad”, afirmó María Tarilo, activista local, en declaraciones al canal C5N. “El presidente debe entender que no se puede quitar derechos ni medicación a los más vulnerables”, concluyó.
La protesta en Mar del Plata refleja la lucha diaria de miles de familias bonaerenses que, frente a la incertidumbre y los obstáculos, reclaman que los senadores pongan fin al veto presidencial.
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