Médico de Zárate recuperado de Covid se volvió a contagiar por salvar a una paciente: "No dudaría en volver hacerlo"
Juan Pablo Mariscotti es un médico de 46 años que nació en Junín pero desde 2015 trabaja en el Hospital Provincial de Zárate. En mayo se contagió de coronavirus y logró recuperarse. Ahora volvió a infectarse tras intentar salvarle la vida haciéndole RCP a una paciente que había sufrido un paro. "Jamás dudaría en volver hacerlo", confiesa en LaNoticia1.com. Destaca el rol de la Provincia pero advirte por la falta de personal: "Los respiradores sobran, lo que falta es gente que sepa usarlos". Y relata su vida desde la trinchera: "No soy un héroe, yo también tengo miedo".
Por Christian Thomsen Hall
Mientras la Covid-19 se extiende por el interior de la Provincia de Buenos Aires, los médicos de los puntos calientes siguen decidiendo cómo combatir mejor una misteriosa y mortal enfermedad que los científicos aún no comprenden del todo. En el entorno cambiante de una nueva pandemia, las historias de héroes con ambo se multiplican dentro del territorio bonaerense. Y pese a los estrictos protocolos que existen para intentar evitar contraer el virus, los profesionales de la salud quedan expuestos de manera ineludible a situaciones límite en las que deben decidir entre la vida y la muerte.
Juan Pablo Mariscotti es médico emergentólogo, tiene 46 años y desde el 2015 trabaja en el Hospital Provincial Virgen del Carmen en la ciudad bonaerense de Zárate. En la madrugada del domingo 31 de mayo, el nacido en Junín registró unas líneas de fiebre y a las 24 horas el resultado del hisopado arrojó que era positivo de coronavirus. "El tiro me lo pegaron en la trinchera", había dicho en aquella ocasión a LaNoticia1.com. El caso obligó a las autoridades locales a activar el protocolo con sus compañeros quienes afortunadamente "por esos misterios de la vida", todos dieron negativo.
Tras recuperarse de la enfermedad, en junio Mariscotti retornó a sus funciones con la premura que exige el sistema de salud en este contexto de pandemia. Hasta que en el mes de septiembre pasó algo inesperado: El clínico volvió a contagiarse de Covid-19 tras practicarle RCP a una mujer contagiada que se debatía entre la vida y la muerte. "Fue una situación extrema donde una paciente infectada de 50 años, que estaba internada desde hacía 20 días, sufrió un paro cardiorrespiratorio. En ese momento no dudé ni un segundo y le practiqué RCP para intentar reanimarla", relató el profesional.
La paciente estaba traqueostomizada y respiraba gracias a una cánula que estaba conectada al respirador artificial. Mientras Mariscotti intentaba de manera enérgica salvarle la vida a la mujer haciéndole reanimación cardiorrespiratoria, en medio del procedimiento se desconectó la tubuladura del respirador llevándose también el filtro actibacterial, quedando la cánula de la traqueotomía justo debajo del rostro del médico que realizaba las maniobras. De esta manera, y pese a que Mariscotti llevaba puesta la máscara y el barbijo, inevitablemente respiró el aire expirado por la señora.
"En ese mismo instante supe que me había vuelto a contagiar. Y finalmente así fue. A los pocos días estaba nuevamente con fiebre y con dolor corporal pero afortunadamente ya estoy bien", expresó a LaNoticia1.com. "Por más que haya un protocolo que indique como se tiene que trabajar y con que elementos debemos protegernos, cuando suceden este tipo de situaciones en los hospitales no tenemos opciones. Debemos salvarle la vida a los pacientes más allá del riesgo que ello implique", remarcó este profesional de fuste, quien todavía se emociona al recordar el episodio.
Juan Pablo detalló que en la semana previa a este suceso, ya le había practicado RCP a varios familiares de compañeros que estaban internados y habían entrado en paro. "Cuando sucede algo así no dudás. No te ponés a pensar si te podés contagiar o no, eso es lo de menos. Lo primordial es salvarle la vida al paciente", aseguró el médico. "Muchas veces estas situaciones te agarran desprevenido porque la máscara se te empaña o porque uno no terminó de cambiarse. Pero son gajes del oficio y jamás dudaría en volver hacerlo", resaltó, fiel a su vocación, en declaraciones a este medio.
Según Mariscotti, muchos argentinos todavía no tomaron conciencia de lo que significa esta enfermedad. "Hemos visto sufrir a las familias cuando fallece un ser querido, o cuando tienen que verlo a través de un vidrio, con los temores lógicos que despierta una situación de este tipo. Hay un montón de cuestiones que la gente que no está en el tema, no las ve. La gente ni se imagina las jornadas que tienen los trabajadores de la salud, muchas veces sin posibilidad de descansar y hasta con 4 o 5 guardias seguidas porque sus colegas caen infectados y falta personal. Es todo muy duro", explicó.
"Juampi" -como lo llaman sus amigos- es consciente de su importante labor pero no se considera un héroe: "No soy una máquina. Tengo miedo como cualquier otra persona. Pero nuestra obligación es estar acá en la primera línea de batalla". En ese sentido, Mariscotti subrayó: "Todavía es muy poca la información que se tiene acerca de la enfermedad, acerca de qué secuelas deja o la gravedad que puede traer aparejada someterse a varios contagios. Y es una enfermedad que hasta ha matado a pacientes que en principio no parecían de riesgo".
El doctor también destacó el rol de las autoridades del Hospital Virgen del Carmen, dependiente de la Provincia. Si los directores no se hubieran movido como se movieron, hoy no tendríamos una terapia intensiva como la que tenemos, con camas eléctricas, monitores, bombas y hasta doble equipo de enfermería. Además tenemos línea directa con las autoridades de la región sanitaria V para los tratamientos de plasma para pacientes severos. El único problema que tenemos, como lo tiene todo el país, el la falta de recurso humano. Respiradores nos sobran, lo que nos falta es gente que los sepan usar".
Juan Pablo tiene 3 hijos -entre ellos un bebé de 3 meses- y también vive junto con los dos chicos de su actual pareja. Además de ser apasionado por la lectura, es hincha fanático de River y un gran amante de la música: "Me gusta el tango y el rocanrol. Soy más de la época de los Rolling Stones y ACDC". Tras haber recibido nuevamente el alta médica y mientras aguarda para donar plasma de convaleciente, se prepara para el retorno a su incansable labor en el Hospital. "Tengo una compañera aislada asique quiero ir a reemplazarla cuanto antes. Ni bien me lo permitan arranco", cerró.
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