Prohibición de cajeros en casinos: ¿Demagogia o lucha contra la ludopatía?
Este jueves la Cámara de Diputados bonaerense dio media sanción a un proyecto impulsado por el macrismo para prohibir la instalación y funcionamiento de máquinas expendedoras de dinero en salas de juego con el supuesto objetivo de luchar contra la ludopatía. Esta medida ya se ha llevado a cabo en otros lugares con magros resultados. ¿Por qué no tiene implicancia en la incidencia en el juego?
-Por Federico De Marco - Para LaNoticia1.com
Hay normativas que se han convertido en clichés en los últimos tiempos. Medidas impulsadas que parecen no tener oposición y que justifican el sueldo de algunos cuantos legisladores.
La prohibición de cajeros automáticos en bingos y casinos es una de ellas. Todo el mundo está de acuerdo en luchar contra la ludopatía y, por consiguiente, la demagogia se hace presente en el impulso de este tipo de iniciativa. ¿Cuáles son sus efectos? Ninguno comprobable.
“La posibilidad de contar con una máquina expendedora de dinero a unos pocos pasos de distancia del lugar donde se realizan las apuestas, despierta el deseo de seguir apostando cuando el jugador se queda sin dinero", sostuvo el legislador de Cambiemos Marcelo Daletto, autor del proyecto.
El Diputado parece desconocer varias cosas sobre el tema de los casinos y las apuestas. En primera medida, hay personas que lo han perdido todo mucho tiempo antes de que existan los cajeros automáticos. En segundo lugar desconoce prácticas que se están llevando a cabo en otras provincias donde rigen normas similares a las que él impulsa. Allí las casas de apuestas “venden” dinero a través de las tarjetas de crédito, y listo. Más "ventajoso" para el jugador, que tiene que esperar al resumen de cuenta para abonar lo que “compró”, y puede incluso obtener dinero por encima de su capacidad, ya que el cajero solo brinda lo que el usuario tiene en su cuenta, pero el crédito suele ser más alto.
En tercer lugar, muchísimas personas han hecho kilómetros para regresar a su casa a buscar dinero para retornar al casino o, lo que es peor, han recurrido a prestamistas usureros.
En este sentido vemos que el proyecto solo es un golpe de efecto sin implicancia alguna en la realidad.
Pero el colmo de la normativa aprobada en la Cámara Baja de la Legislatura bonaerense es que, en palabras de Daletto, buscan “que la prohibición alcance las inmediaciones de las salas de juego en un perímetro no menor a 200 metros”. Como si el apostador no pudiera caminar sólo 2 cuadras para ir en busca de un cajero y retornar al casino...
La ludopatía es un problema muy serio. El juego compulsivo lo es, y aunque a veces no lo parezca, afecta en gran medida a las clases populares, que dejan sus pocos pesos en máquinas tragamonedas y cosas por el estilo.
La lucha contra este flagelo merece de medidas serias, integrales, estudiadas y trabajadas.
Algunos dirán que por qué no se prohíben las salas de juego, y se acabó, pero eso traería dos dilemas: La propagación de apuestas clandestinas y, lo que más le dolería al Estado, la ausencia de pingües recursos que vía impositiva se les extrae a los bingos y casinos.