Inicio
Noticias
Municipios
Malestar, diarrea, vómitos, son algunas de las consultas que inundaron los nosocomios en la última semana de alerta naranja. Llegó el respiro en las temperaturas pero los centros de salud siguen colapsados. El clima seguirá cálido.
Ni Dante Alighieri en su divina comedia pudo haber pintado un escenario tan caótico como el que se presentó esta última semana en la provincia de Buenos Aires. Un sólo componente sirvió para generar un verdadero caos cuya única solución fue la voluntad de la naturaleza que aprieta, ahoga de calor pero no ahorca.
Unos grados más en los termómetros y una provincia que no tiene la infraestructura apropiada para afrontar este tipo de problemáticas dibujan un escenario poco usual. El calor, como suele suceder en verano, azotó toda la superficie del territorio provincial y trajo aparejado un crecimiento en el consumo eléctrico, la falta de agua y por consiguiente, el aumento de las consultas en todos los hospitales. Alerta naranja y golpe de calor fueron las frases más pronnciadas.
Las Cooperativas Eléctricas de varios municipios tuvieron que implorar a la población que racionalicen el consumo energético ya que, por falta de inversión, no podían cumplir con la demanda. En varios distritos como Bahía Blanca, Coronel Suárez, Benito Juárez, Chacabuco y el sur del conurbano bonaerense sufrieron escasez o falta total de agua provocando que la cotidianeidad se viva en condiciones realmente infrahumanas.
Por supuesto que con calor y sin agua las consultas en los hospitales fueron el corolario de un panorama desolador. Se duplicaron y en algunos casos se triplicaron las consultas por diarrea, vómitos, malestar general, golpe de calor y lipotimias. Los nosocomios intentaron asistir a todos los que acudían a las salas mientras observaban como descendían los insumos en sus gavetas.
El Ministerio de Salud no anunció ningún plan de contingencia apropiado como para hacer frente a esta problemática, en cambio, el Ministro Alejandro Collia, de paso por Balcarce, no hizo comentarios respecto de la situación y entregó un respirador y una incubadora para el nosocomio local.
Tal vez sea considerado como una mala imagen tomar cartas en el asunto aunque las miles de personas que requirieron asistencia durante esta semana no crean lo mismo. Por fortuna y designio de la naturaleza, las temperaturas dan un respiro que, nunca mejor dicho, sirve para que los funcionarios provinciales se sequen la transpiración de la frente.