Terror en Vedia: un peón denunció que sus jefes lo torturaron y amenazaron con “hacerlo desaparecer” en cal viva
El joven de 20 años fue golpeado, mordido y apuntado con un arma dentro de una estancia. Los acusados son dos hermanos, propietarios del campo. La Justicia investiga por privación ilegítima de la libertad, lesiones y coacción, aunque la defensa pide que se caratule como intento de homicidio.
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Lo que debía ser una jornada más de trabajo terminó en una pesadilla. Un joven peón rural de 20 años, identificado como Agustín F., denunció haber sido golpeado, mordido y amenazado con un arma por sus dos empleadores dentro de una estancia en Vedia, localidad del partido bonaerense de Leandro N. Alem. Según el testimonio del muchacho, los agresores incluso le dijeron que lo iban a “meter en una lata con cal viva” para hacerlo desaparecer si se animaba a denunciarlos.
El caso, que conmociona a la región noroeste de la Provincia, está siendo investigado por la ayudantía fiscal de Vedia, bajo los cargos de privación ilegítima de la libertad, lesiones y coacción agravada. Sin embargo, los abogados de la víctima, Anabella Sandoval y Matías Almeyra, reclaman que la causa se reencuadre como intento de homicidio.
“Quedó psicológicamente destruido”, expresaron los letrados, quienes acompañan al joven en el proceso judicial.
Según consta en la denuncia a la que accedió el portal Infobae, todo ocurrió el 30 de septiembre alrededor de las 19.30, cuando Agustín se encontraba tomando mate con los hermanos S.A. y D.A., dueños del establecimiento situado sobre la Ruta Nacional 7, en dirección a Juan Bautista Alberdi. Sin previo aviso, comenzaron a golpearlo brutalmente, lo ataron con precintos, lo mordieron en la oreja derecha —provocándole una mutilación parcial— y lo amenazaron de muerte.
“Le apuntaron con una carabina en la cabeza y le mostraron una jeringa diciéndole que ese líquido gris le iba a parar el corazón”, relató la abogada Sandoval. Las pericias médicas constataron que el joven sufrió fractura del tabique nasal, lesiones en la tráquea y desplazamiento de los senos maxilares, por lo que se le indicó reposo absoluto por 40 días.
Tras casi una hora y media de tortura, los agresores lo subieron a una camioneta azul y lo dejaron en su casa de Junín, no sin antes advertirle: “No se te ocurra decir nada en el hospital ni en la comisaría, porque te vamos a matar a vos y a tu familia”.
“El médico me decía que me iba a poner una inyección que me iba a parar el corazón, me iba a meter en un balde de 200 litros con cemento y que si mi familia preguntaba, iban a decir que me fui a Córdoba”, contó Agustín en declaraciones publicadas por los medios regionales Rivadavia Online y Distrito Interior.
A pesar del miedo, el joven decidió denunciar a sus patrones. En el marco de la investigación, la Justicia allanó la estancia, secuestró teléfonos, jeringas y precintos, y dictó una prohibición de acercamiento para los acusados, aunque aún no fueron indagados.
El hecho provocó un fuerte repudio entre trabajadores rurales de la zona, que piden que el caso no quede impune y que se garantice la seguridad laboral en los campos bonaerenses, donde la vulnerabilidad y el aislamiento muchas veces impiden denunciar este tipo de abusos.
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