Almaceneros de Provincia denuncian faltantes y le piden acción al Gobierno: "La cadena es pequeña y alguien está especulando"
El Presidente de la Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires, Fernando Savore, denunció que tras la salida del programa Precios Máximos volvieron a registrar "un sinfín de aumentos". Alertó por las empresas que "especulan y no entregan mercadería" para poder venderla más cara. Aseguró que hay "preocupación" en el sector y que el Gobierno "no da respuestas". Y destacó el rol de los almacenes durante la pandemia: "Tenemos paciencia para cuidar a nuestros abuelos y nos metemos en los barrios más pobres donde los supermercados no llegan".
Por Christian Thomsen Hall
- ¿En qué estado de situación se encuentra el sector de Almaceneros en medio de la pandemia?
Desde el comienzo de la pandemia vivimos distintas realidades. Hubo mucho aumento en la mercadería hasta que el Gobierno implementó el programa Precios Máximos con algunos defectos. Muchos almaceneros tuvieron que vender al público mercadería al mismo precio de costo. Nos pasó con el azúcar donde el Gobierno nos hacía a venderla al público a $56 cuando nosotros la pagábamos $55,99. Más allá de estos inconvenientes, el control de precios obligó a los mayoristas a retrotraer precios que habían aumentado mucho y eso a los almaceneros nos hizo vivir una meseta tranquila de precios que nos permitió tener un poquito más de rentabilidad.
- ¿Cuál es el la realidad que atraviesan frente al constante aumento de precios?
Hace unos 40 días el Gobierno empezó anunciar la salida del programa Precios Máximo y otra vez volvimos a encontrar otra vez un sinfín de aumentos de todas las empresas, sobre todo las compañías monopólicas de primeras marcas que en su mayoría son extranjeras. Estos aumentos provocan faltantes porque las empresas especulan para venderlos más caros. La vedette de los faltantes es el aceite de girasol, que es el que más utilizan las familias argentinas. Los mayoristas no lo tienen y lo que han hecho muchas empresas es reetiquetar sus productos con la leyenda 'alto oleico' para que ese producto no figure en la lista de Precios Cuidados y así poder venderlos más caros.
- ¿Cómo se puede suplir el faltande de distintos productos, como el aceite, por ejemplo?
Gracias a nuestras empresas pymes, mal llamadas segundas marcas, tenemos un abastecimiento completo. Las grandes empresas ahora no están entregando el arroz que sale en las propagandas de televisión. Pero la gente tiene que saber que hay un montón de pymes argentinas que también lo producen y son exactamente de la misma calidad y hasta salen mucho más barato. Lo mismo pasa con galletitas y fideos, por ejemplo. De todas formas, nosotros siempre estamos a favor de que sea el cliente el que elija qué marca llevar. Pero esta decisición de las grandes empresas de no entregar mercadería para poder venderla más cara en unos días nos quita esta posibilidad de ofrecérselos a nuestros clientes.
- Cuando hay aumento de precios, ¿el cliente sigue yendo al almacén o se vuelca al supermercado?
Yo creo que seguimos nivelando la balanza desde nuestro lado. Antes de que llegara este Gobierno, la gente por una cuestión de bolsillo complicado se empezó a volcar mucho al comercio de proximidad. Luego con la llegada de la pandemia, este Gobierno también comenzó a recomendarle a la gente que compre en los negocios de cercanía. Y por nuestra parte, los comercios activamos el sistema 'Compra pactada' que pone en valor todo el sistema de delivery por WhatsApp y redes sociales. Gracias a Dios hemos logrado que el vecino nuevamente confíe en nosotros que actualmente contamos con dos herramientas: La atención personalizada y el precio de seducción que ofrecemos.
- Esto que marcás es importante porque el almacen tiene otra calidez que no tiene el supermercado...
Nosotros conocemos a nuestros clientes, sabemos como se llaman ellos y como se llaman sus hijos que a veces también vienen hacer los mandados. Nosotros no tendremos esos pasillos hermosos que tienen los supermercados pero tenemos un precio de seducción. Y con estas dos herramientas salimos a competir. Los almaceneros se levantan todos los días temprano y salen a recorrer los mayoristas para ver que promociones puede traer a su negocio para ofrecerla a sus clientes. Somos como hormiguitas que competimos a pulmón frente a los grandes hipermercados y que también sufrimos las consecuencias de la pandemia. Y por suerte la gente eso lo está reconociendo.
- ¿Que rol social tuvieron los almaceneros durante la pandemia?
Nosotros desde que empezamos con todo este sistema de compras pactadas fuimos capitalizando los datos de los clientes y en distintos municpíos de la Provincia activamos cursos de manejo de redes para comerciantes. Además desde el primer momento intentamos cuidar a nuestros abuelos, teniendo la paciencia para tomar los pedidos y tomándonos el tiempo para llevárselo a su domicilio. Nosotros tenemos la ventaja que conocemos a nuestros clientes, sabemos como se llaman y que es lo que buscan. Y esa relación de los almaceneros con los vecinos, los supermercado no la pueden brindar. Este vínculo lo pusimos en valor más que nunca durante la pandemia.
- ¿Qué solución se puede buscar frente a todos los problemas que planteás?
En el sector hay preocupación de no poder complacer al cliente que viene a buscar un determinado producto que hoy está en faltante. A nosotros no nos guta cambiarle los hábitos al cliente o inducirlo a que compre otro artículo distinto al que venía decidido a comprar. La solución de esto es conformar una mesa de diálogo en la que participen todos los actores: El gobierno, las empresas que producen, los mayoristas y nosotros los almaceneros. Ahí se va a poder discutir rentabilidades y controlar esta cadena que parece un universo pero que en realidad es muy pequeña y en la que alguien está especulando. Y al que especula lo tenemos que castigar.
¿Y los almaceneros no especulan con los precios?
Alguno que otro podrá decir eso pero la realidad es que nosotros somos trasladistas. Nosotros compramos y vendemos. Si vas a cualquier almacén de la provincia de Buenos Aires te vas a encontrar con que en el depósito tiene 4 cajas de aceite nada más. No es que vas a econtrar palets y palets llenos de mercadería donde los almaceneros se pueden sentar arribar y especular. Dicho esto, yo no puedo entender como las empresas prefieren no entregar mercadería, frenar la producción y no generar más trabajo. Si bien esto es un circuito que todos tendríamos que controlar, la encargada de supervisar que esto no pase es la Secretaría de Comercio de la Nación.
¿Han planteado este pedido de conformar una mesa de diálogo ante el Gobierno?
Más de una vez pero nunca tuvimos respuestas. Es verdad que el gobierno está avanzando en un montón de temarios que también son importantes pero sin atender esta cuestión lo que se está logrando es direccionar al público consumidor hacia las grandes empresas. La carne barata que puso el Gobierno se vende en los grandes hipermercados sin tener en cuenta que la gente humilde que vive en los barrios no va a comprar a ese tipo de lugares. El almacén es el único que está en barrios pobres donde el hipermercado no quiere estar ni nunca va a estar. Y esto lo digo con mucha humildad. Por eso a esos comercios también hay que darles herramientas.
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