Caso "Liberen a Coco": El perro no será "deportado" por falta de vacuna y se quedará en Argentina
Primó el sentido común: El pequeño Coco será vacunado. El Senasa lo mantendrá en cuarentena y evitará así que sea "deportado" a Hungría, de donde vino con su dueño.
El caso de "Liberen a Coco" tuvo un final feliz y un poco de sentido común ante la burocracia de Senasa que lo retuvo en el aeropuerto de Ezeiza por tener la vacuna antirrábica vencida, con la amenaza de devolverlo a su país de origen.
Su propietario Franco Gavidia, jugador de handball cordobés, se volvió de Hungría ante la situación de declaración de emergencia que decretó el gobierno de aquel país europeo.
Ante el apuro de la salida, no notó que la vacuna antirrábica de su perro "Coco" había vencido hace pocos días. Al llegar a la Argentina, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), organismo encargado del control y la sanidad animal, lo retuvo y amenazó con deportarlo a Hungría para que un veterinario certifique su estado en aquel país. Todo con la incertidumbre de las condiciones en que el animal debería soportar solo esta situación.
Enseguida el asunto tomó un estado público con la consigna "Liberen a Coco". Finalmente, el organismo accedió a que se vacune al animal y se lo mantenga en cuarentena en el país.
“Coco” será vacunado contra la rabia en instalaciones de la Aduana dentro del Aeropuerto de Ezeiza donde se encuentra en este momento.
"Esta decisión se tomó en un trabajo articulado entre el Senasa y la Aduana, y en permanente diálogo con el dueño de la mascota", se indicó desde el organismo de control, el cual agregó que "se encuentra en custodia y en cuarentena hasta que se defina su situación, salvaguardando su bienestar, brindándole los cuidados y el alimento necesario".
Según se indicó, la liberación al territorio nacional del animal "sin la correspondiente documentación sanitaria oficial del Servicio Veterinario del país de origen, puede poner en riesgo la salud pública y a la población animal que tome contacto con el canino".
"En este caso, no se cumplieron los requisitos sanitarios, exigidos por el Senasa y disponibles en la página web oficial del Organismo, para la importación de perros y gatos, que se requieren para todos los ingresos desde cualquier país de origen. El país de origen es el responsable de autorizar el embarque de los animales con la documentación sanitaria exigida por el país de destino", añadió.
Y aclaró: "Aquí, el Senasa, para proteger la salud pública, debe exigir que los ingresos de perros y gatos se realicen conforme a los requisitos sanitarios vigentes, en especial aquellos referidos a rabia, que es una enfermedad que afecta a los humanos y puede causar la muerte. En este caso puntual, ni la condición de salud ni la vacunación antirrábica, que además esta vencida, fueron avaladas por el servicio veterinario del país de origen (Hungría) con lo cual, la situación sanitaria de este animal es desconocida y por lo tanto correspondería su reexportación".
"Las mascotas deben estar vacunadas contra la rabia con vacunas autorizadas por la Autoridad Veterinaria del país de procedencia y con inmunidad vigente según el plazo de validez otorgado por el laboratorio fabricante de la vacuna, con excepción de aquellos que proceden de una zona declarada libre de rabia, según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE). La rabia es una enfermedad viral que es mortal, pero prevenible, se puede propagar a las personas y las mascotas, si las muerde o rasguña un animal con rabia", completó.
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