Claudio Lozano y sus claves para la recuperación económica de la Argentina
El Director del Banco Nación, Claudio Lozano, analizó los diferentes escenarios para este 2021, y en ese marco planteó políticas económicas para poner en marcha la actividad y la recuperación de los ingresos populares tras casi un año de pandemia. Planteó la necesidad de llevar adelante un acuerdo de precios y salarios que vaya de la mano con una universalización de ingresos para los trabajadores informales y desocupados. Y abogó por un mayor control del comercio exterior y la fijación del tipo de cambio.
Por Emmanuel Rossi
- ¿Cómo debe pensarse la economía que se viene?
En primer lugar, es absolutamente imprescindible controlar la situación de la pandemia. En tanto y en cuanto esto siga obturando, indudablemente plantea límites a la recomposición de la actividad económica. En principio, hay un primer elemento que no se puede soslayar, y que esperamos que con la adecuada provisión de vacunas el problema pueda ser controlado. Dicho esto, lo que está mostrando la situación actual de la economía, a partir del momento en el que se comenzaron a abandonar las restricciones propias de la cuarentena, es que las actividades mejoran pero rápidamente encuentran un límite que está vinculado a la situación de deterioro en el mercado interno. Estamos con un mercado interno profundamente deprimido como corolario de la situación que se vive en materia de empleo e ingresos, y que dan como resultante la existencia de más de un 40% de la población en situación de pobreza y más de un 10% en situación de indigencia.
Por lo tanto, la posibilidad de que en el 2021 la cosa se recomponga está muy asociada a que, efectivamente, el Gobierno pueda colocar ingresos o recursos en el bolsillo de la gente, algo de lo que el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, habló durante la campaña electoral, y que es absolutamente imprescindible en un contexto de capacidad ociosa, como el que tiene hoy la economía argentina, y con un mercado interno deprimido; la recuperación de los ingresos populares es una clave principal para poder estimular la actividad económica.
De lo contario, si esto no ocurre y si seguimos teniendo -como tenemos hasta hoy- una evolución de precios que impide una recuperación del poder adquisitivo, la reactivación de la economía va a ser sumamente lenta y profundamente desigual.
Una de las claves principales para el 2021 se juega en la decisión gubernamental de garantizar una recomposición de los ingresos populares; y eso requiere no sólo de un acuerdo de precios y salarios que recomponga el poder adquisitivo salarial, sino de la puesta en marcha de una estrategia de universalización de ingresos sobre la población informal y en situación de desempleo, que representa hoy más de la mitad de la población laboral en Argentina.
- Días atrás, el Ministro de Economía Martín Guzmán señaló que "la recuperación del poder adquisitivo es condición necesaria para la recuperación de la economía". Vos incluso planteás ir más allá de los sectores asalariados.
Claro. No se puede pensar la recomposición de los ingresos populares solamente desde la perspectiva del salario. En una economía donde la mitad de la población laboral está en situación de informalidad y desempleo uno tiene que tener una política de ingresos que tienda a impactar sobre esa mitad de la población que no forma parte de la discusión formal. No alcanza con los instrumentos tradicionales del Salario Mínimo, de las paritarias o de los convenios; eso solo no resuelve el problema. Se necesita otro tipo de políticas. Nosotros venimos planteando hace rato la necesidad de un ingreso básico universal para la población informal y desocupada equivalente a la línea de indigencia para todo aquel que no tiene un salario formal y al mismo tiempo un salario social de empleo y formación que de alguna manera esté asociado al Salario Mínimo para todos aquellos que se incorporen a programas de empleo de la autoridad pública en articulación con las organizaciones sociales. Es importante avanzar en el acuerdo de precios y salarios, complementándolo con una estrategia de universalización de ingresos sobre la población en situación de informalidad.
- ¿Cómo debe abordar el Gobierno la problemática de la inflación y los temas ligados al dólar y al sector externo?
La discusión con respecto al tipo de cambio está fuertemente asociada a que el Gobierno mejore los mecanismos de fiscalización del ingreso y egreso de divisas en la Argentina. Durante el año pasado, la pérdida de reservas por parte del Banco Central estuvo ligada a una gestión del comercio exterior que permitió que grandes grupos empresarios y empresas transnacionales pudieran cancelar deuda con reservas nuestras -cuando en la práctica no correspondía que así ocurriera, ya que tenían dólares propios para afrontar sus deudas si es que eso querían hacer-. Aquí no hubo controles del Banco Central, y esto implicó una salida muy fuerte de divisas, que de alguna manera consumió una parte relevante del saldo comercial de la Argentina en el curso del 2020. Del mismo modo, también tuvimos un fenómeno de subfacturación de exportaciones y retraso de la liquidación de divisas, que también afectó el saldo comercial. Todo esto sin mencionar cuestiones que tienen que ver con el contrabando que rige en algunos mercados (claramente en el comercio de granos).
Avanzar en el control del comercio exterior es una clave fundamental para garantizar que el Banco Central pueda apropiar el saldo comercial en divisas que Argentina va a tener este 2021 y, consecuentemente, mantener el control sobre el mercado cambiario. Por otro lado, es necesario fijar el tipo de cambio porque durante el último año el tipo de cambio estuvo alentando con su comportamiento la suba de precios. Hoy la inflación está evitando la recomposición de ingresos que es vital para la recuperación de la demanda del mercado interno.
- Entonces, hay algunas razones para ser optimista...
Si las cuestiones se hacen en la dirección que estoy planteando, Argentina tiene todas las posibilidades para recuperarse, porque tenemos buenos precios internacionales para los productos del país, tenemos capacidad ociosa disponible, y por lo tanto no es que acá hace falta un shock de inversiones inmediatas para salir, porque hay inversiones ya realizadas esperando ser ocupadas; y si uno incorpora demanda por vía de una política de ingresos estamos en capacidad de que la economía recomponga y comience a funcionar la rueda de la actividad y la generación de empleo. Eso es lo que Argentina necesita articular de entrada: capacidad ociosa, ampliación de los ingresos populares y financiamiento para el capital de trabajo de las empresas. Estas tres claves son las que deben articularse en el contexto de fijación del tipo de cambio y control del sistema de precios.
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