Condenaron a 35 años de prisión a un hombre que mató a martillazos a una jubilada en Merlo
El hecho ocurrió el 24 de junio de 2020 en la localidad de Libertad. La mujer murió por fractura de cráneo. Los detalles de lo ocurrido la noche del crimen. El hombre fue juzgado también por tentativa de homicidio y abuso sexual, contra otras dos mujeres.
Un hombre fue condenado a 35 años de prisión por el crimen de una jubilada de 78 años, cometido hace tres años en Merlo. El acusado, apodado como “La Bestia”, por la brutalidad de sus delitos, asesinó a la mujer a martillazos en el rostro y la cabeza.
El hecho ocurrió el 24 de junio de 2020 cuando el hombre ingresó a robar a la casa de la víctima en la localidad de Libertad, partido de Merlo. Esta semana, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de Morón halló a Diego Hernán Herrera, de 39 años, culpable del delito de "homicidio en ocasión de robo", en perjuicio de Lucinda Palavecino.
"Le dieron treinta y cinco años sin beneficios, gracias a Dios se hizo justicia", dijo a Télam tras el fallo y llorando Alejandra Álvarez, nieta de la víctima. Y agregó: "Siempre acechaba igual, pateaba puertas y entraba por la fuerza, en Hurlingham hacía lo mismo pero zafaba porque nunca lo agarraban hasta que mató a mi abuela”.
El condenado también fue juzgado por otras dos causas: la tentativa de homicidio de una mujer, a la que golpeó y le clavó un cuchillo para robarle dinero y una moto, y un abuso sexual sin acceso carnal de una adolescente de 15 años, todos cometidos en viviendas de la localidad de Libertad. Sobre el último delito que se le endilga a Herrar, el fiscal desestimó la acusación porque la adolescente no lo reconoció.
Qué ocurrió la noche del crimen
El hecho ocurrió el 24 de junio de 2020, alrededor de las 23 horas en una vivienda ubicada en la calle Malvinas al 500 de la localidad de Libertad, en el oeste del Gran Buenos Aires.
Lucinda salió a la vereda a sacar la basura cuando fue sorprendida por un delincuente que la golpeó y la obligó a ingresar dentro de la propiedad con fines de robo.
Un vecino advirtió lo que ocurría, "este muchacho la vio a mi abuela cuando salió y momentos después escucha los gritos, por eso empezó a sospechar de que algo pasaba", recordó la nieta de la víctima.
Ante la voz de alerta, afuera de la casa comenzaron a juntarse vecinos y familiares de Palavecino enterados de la entradera. En esa circunstancia, el ladrón se asomó por una ventana y afirmó ser sobrino de la víctima. Fue ahí que los presentes entraron a la vivienda y el ladrón intentó escaparse por el fondo de la propiedad, pero finalmente fue capturado a una cuadra.
Luego de ser reducido por vecinos, Herrera fue trasladado a la comisaría 4ta. de Merlo, mientras que en la propiedad los peritos secuestraron un martillo con el que golpeó a la víctima.
Lucinda fue trasladada al sanatorio San Juan Bautista en el que falleció el 1 de julio de ese año, tras permanecer internada en coma y conectada a un respirador artificial como consecuencia de una fractura de cráneo.
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