Crecen los casos y la estigmatización de los jóvenes: “Las políticas públicas no terminan de adoptar una mirada generacional", opinó la socióloga Vázquez
Mucho se habla por estos días de las fiestas clandestinas y la responsabilidad de los jóvenes en la pandemia. En un contexto en el que los casos aumentan, se puso el ojo sobre este sector. Los especialistas llaman a ampliar la mirada y pensar en las desigualdades sociales de este grupo etario.
En diálogo con LaNoticia1.com la socióloga del Conicet, Melina Vázquez se refirió a la estigmatización actual de los jóvenes y opinó: “Vivimos en una situación de contagios y pandemia y por ahí un poco lo que llama la atención es el contraste de las imágenes veraniegas en estas fiestas llamadas clandestinas en distintos destinos turísticos”.
Por eso llamó a la reflexión y señaló: “Por ahí mirando esa imagen nos perdemos lo que fue la película desde el inicio de la pandemia en marzo en Argentina a esta parte viendo todas las dificultades que las juventudes tuvieron que ir atravesando”.
En este punto enumeró, en primer lugar, la repentina virtualización de la educación y los problemas que esto conlleva donde "en los mejores escenarios tuvieron que seguir con sus clases de manera virtual, en el peor de los casos los que no tenían siquiera conectividad o acceso a un dispositivo para llevar adelante sus clases y muchos jóvenes que han quedado desconectados".
Por ello, la investigadora llamó a “combatir la idea de que no hubo clases. Hubo clases virtuales, las experiencias escolares fueron diferentes. Virtualizar la experiencia de reunirse, pero la falta del encuentro con otro fue un punto difícil y de alguna manera estas pequeñas aperturas motivaron la necesidad de reunirse”.
Para pensar en el rol de los jóvenes se debe tener en cuenta el rol de “la noche” en los procesos de socialización de este grupo. En este sentido, Vázquez explicó: “La noche tiene mucho que ver con la forma de vincularse de las juventudes por eso este debate sobre la nocturnidad que estuvo en juego con las restricciones representa el lugar propio de sociabilidad juvenil como también lo son los espacios públicos”.
Durante la pandemia, los jóvenes buscaron reafirmar su autonomía desde sus hogares y se observó un uso nocturno de los espacios. “Como no se podía salir, habitar la noche como forma de hacer un uso independiente y autónomo del espacio compartido”.
Vázquez consideró que un punto clave en los comportamientos fue el paso del aislamiento al distanciamiento social cuando “veníamos de una comunicación cada dos semanas donde el presidente de la Nación y de la Ciudad nos comunicaban las medidas y los cambios que iba a haber cada esos 15 días y de repente, con las medidas de distanciamiento, se perdió de vista qué era lo que se podía y lo que no se podía hacer”.
El próximo anuncio adelantaba que en Buenos Aires se iban a habilitar las fiestas de hasta 200 personas. Sin embargo se retrocedió ante el aumento de casos lo que “dejó abiertos algunos blancos para que se interpreten las medidas a gusto de quienes las llevarán adelante”.
En su opinión, la baja de casos y la aparición de la vacuna “relajó de manera general los cuidados que veníamos teniendo. Ahí se puso más el foco en los jóvenes, pero si miramos las reuniones de adultos nos vamos a encontrar con un relajamiento parecido que no deja de ser preocupante”.
Vázquez propuso “salir un poco de esa imagen de jóvenes resistiendo las medidas” y poner en juego la visión de la desigualdad social. “Cuando pensamos en jóvenes hablamos de grupos etarios y eso nos hace olvidar que a la misma edad hay jóvenes que son padres o madres jóvenes que trabajan, cartonean”.
Otro punto a destacar fue cuando los jóvenes se pusieron en roles esenciales y “le pusieron el cuerpo a muchas de esas tareas. Nosotros hemos registrado trabajadores de aplicaciones de reparto que cuando todo el mundo tuvo que guardarse en sus casas, fueron estos trabajadores y trabajadoras precarizados que tuvieron que salir a hacer reparto”.
Para contrarrestar esta visión, la investigadora recomendó: “Apelar a otras imágenes que nos permitan tener esta idea de la película completa y pensar cómo las desigualdades generaron condiciones diferentes entre las distintas juventudes”.
Consultada sobre por qué cree que se pone a los jóvenes como chivo expiatorio la sociologa del Conicet registró “distintos momentos de la historia” en los que “encontramos esta visión de los jóvenes como apáticos, desinteresados, desvinculados o carentes de compromiso con la realidad”, pero, a su parecer, lo que falta es una visión generacional.
En este sentido Vázquez se refirió a los protocolos en destinos turísticos y opinó: “No había una mirada sobre cómo las personas jóvenes vacacionan. Una cosa es pensar en familia y otra es pensar en jóvenes y las maneras de hacer uso de la recreación. No fueron lo suficientemente pensados con una mirada generacional o sobre cómo los jóvenes iban a habitar esos espacios”.
Por ello, la profesional llamó a hacer un mea culpa, “evitar criminalizar las prácticas juveniles” y “salir de estas imágenes mediáticas que, en definitiva, no fueron más que tres o cuatro eventos”.
En este contexto, la sociologa analizó el rol de las fuerzas de seguridad y reflexionó: “Es interesante pensar cómo hacer un protocolo para mantener la distancia y cuidados básicos para que el virus no se siga expandiendo y no tener que apelar a la movilización de las fuerzas de seguridad para controlar o reprimir las fiestas”.
“Pensar que estos protocolos tengan una mirada generacional y que no se apele a las fuerzas de seguridad para controlar esas situaciones de desborde, habría que pensar cómo hacerlo antes, con una mirada que incorpore a las personas jóvenes, las convoque, que tenga en cuenta formas de vida, de reunirse, no desde lo punitivo y restrictivo, apelando a mediadores que tengan más cercanía generacional”, subrayó.
Por último, a nivel estatal Vázquez consideró que hubo funcionarios que han intentado desarrollar una comunicación hacia jóvenes. Sin embargo, consideró que “las políticas públicas no terminan de adoptar una mirada con contenido generacional. Las medidas de aislamiento y distanciamiento social han fallado un poco en este punto de vista sobre responsabilizar a los jóvenes de prácticas que no han estado previamente pensadas”.
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