03/06/2022 21:48 Hs.
Día del inmigrante italiano: La historia del bonaerense que a los 97 años volvió a su pueblo natal y logró reunir a su familia argentina e italiana 

Antonio Berardi es uno de los tantos inmigrantes que llegó a nuestro país en busca de mejores condiciones de vida. En su caso, desembarcó en Buenos Aires a los 5 años y hoy, 93 años después, cumplió el sueño de toda su vida en Fraine, un pueblito italiano de 272 habitantes.

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Reunir a toda una familia puede resultar un verdadero desafío, sobre todo si está dividida por miles de kiómetros. Sin embargo, para Antonio Berardi eso no fue un obstáculo y a sus 97 años logró la hazaña.

El italiano llegó a la Argentina a los 5 años y a lo largo de su vida condujo los destinos del INTA San Pedro desde su rol de ingeniero agrónomo y formó una gran familia.

Sus décadas en Buenos Aires no hicieron que olvide sus raíces, tal como lo relató en una nota para el medio italiano Chiaro quotidiano, donde Berardi se encuentra de visita junto a sus hijas y nietos en un viaje que plasmó “el milagro de reunir a la familia argentina y la familia italiana”, como él mismo lo definió.

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A continuación, la nota completa que repasa la historia de Antonio Berardi, su vínculo con su pueblo natal y la aventura que junto a otros 15 miembros de su familia emprendió a los 97 años:

La partida a Argentina a los 5 años, el regreso a Fraine a los 97: el sueño de Antonio Berardi se hizo realidad

El recuerdo aún se convierte en emoción después de tantos años. En la memoria quedan impresas indeleblemente las palabras del abuelo Emilio Lalla quien antes de partir le dio “el último adiós”. La historia es la de Antonio Berardi que a los 97 años, desde Argentina, hizo un largo viaje para volver a su Fraine con toda la familia.

Nacido en la Navidad de 1925, Antonio partió de Nápoles a la edad de 5 años en el barco “Belvedere” con su madre Petronilla Lalla, para reunirse con su padre Giuseppe en Buenos Aires. Un destino común a muchos italianos que en esos años se embarcaron para las Américas en busca de mejores condiciones de vida. Fraine, como tantos otros pueblos, se vio particularmente afectado por la emigración: cuando Antonio se fue, tenía 2400 habitantes; hoy, 274 (al 1 de enero de 2022).

Miles de kilómetros y un océano no han logrado romper las raíces que aún hoy unen a Antonio con Fraine. A lo largo de su vida, volvió seis veces al pequeño pueblo de la zona del Alto Vastese, la primera a los 40 años: “En esa ocasión me reencontré con dos tías, fue un encuentro muy emocionante porque era la primera vez que una persona de Fraine volvió a su país”.

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A pesar de su avanzada edad, Antonio tenía un deseo ardiente de volver nuevamente, pero esta vez con toda la familia. Él y sus hijas quisieron hacerlo con motivo de la fiesta de Mater Dominien 2020, pero la pandemia ha trastornado los planes de todos.

Las ganas del hombre de 97 años fueron más fuertes que el virus, así que, dos años después, emprendió de nuevo el viaje, haciendo escala en Madrid para llevarse a una de las hijas, y luego a todas a Fraine.

Llegaron dieciséis de ellos: además de Antonio, están las hijas Lucía, Gabriela, Ana y Lilí, los nietos Guillermo , Federico, Cecilia, María Eugenia, Emma, ​​Juan y Ramiro.

“Sentí unas ganas muy grandes de volver en otro momento. Soy muy mayor, tengo 97 años, pero sentí la emoción de volver con toda mi familia. Dieciséis de nosotros vinimos de excursión. Estoy muy feliz de haber realizado este sueño. Un hombre sin sueños no vive y yo siempre he tenido este deseo -nos dice- Para mí es una emoción muy grande que me hace llorar, estoy un poco cansado emocionalmente pero no físicamente, es la emoción de estar en medio de todos ustedes”.

En estos días el grupo está alojado en Agnone, tras llegar el 28 de mayo. Antonio y su familia participaron con no poca emoción en las celebraciones en honor a Mater Domini .

Antonio, ingeniero agrónomo en Argentina, está feliz de haber hecho realidad ese sueño incluso para sus padres, que nunca han podido hacerlo: “Mis padres nunca pudieron volver a Italia, era imposible en ese momento. No sabían leer ni escribir, pero eran italianos. La fuerza del destino los trajo a América, pero siempre fueron italianos”.

La italianidad es un concepto que vuelve a menudo en las palabras de los ancianos fraineses. Otro de sus deseos es recuperar la ciudadanía italiana, pero hasta el momento no lo ha logrado: “Perdí la ciudadanía porque para trabajar en Argentina era necesario tener la argentina, pero no he renunciado a la italiana. No la puedo volver a obtener porque hay un salto generacional y si no cambia la ley no puedo. Hemos hecho muchos intentos de volver a obtenerla pero no es posible. La ley es la ley, pero la ciudadanía la llevo aquí en el corazón: la ley de la sangre , esto es lo que vale”.

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Son días de encuentros con los descendientes de sus padres y familiares que quedaron aquí. Parte de sus raíces también van para Guilmi. Pronto habrá que volver a partir, Antonio lo hará con la conciencia de que ha logrado su hazaña: “He hecho el milagro de reunir a la familia italiana y a la familia argentina. Era un sueño y lo realicé gracias a Dios, a la fuerza de voluntad, de las ganas, por eso estoy emocionado, muy emocionado”.

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