Cada verano hay al menos una persona muerta en la Costa por un accidente con un cuatriciclo. Este año no fue la excepción y esa estadística no se hizo esperar. La tragedia les tocó a dos treintañeros, una mujer y un hombre, casi en el mismo lugar y con tres días de diferencia. 

El miércoles 29 de diciembre murió Agustina Queirel (34), una correntina que iba con sus hijos de 2 y 7 años y una amiga de 36 cuando su cuatriciclo, un modelo con 40 caballos de fuerza y 375 kilos, se dio vuelta en un médano, despidió a los pasajeros y aplastó a la conductora.

Y el último sábado 1 de enero, a escasos metros de ese mismo lugar, también le tocó a Antonio Salinas (32), acompañante en el Yamaha 360 rojo que manejaba Matías Catelotti (31), quien chocó contra un UTV, un pequeño 4x4 que tiene al menos cinturones de seguridad y jaula antivuelco.

Lucas Ventoso, secretario de Seguridad de Pinamar, apuntó contra la imprudencia de la gente. "Estas personas que hacen estas actividades en lugares prohibidos con vehículos de carrera creen que están corriendo un Dakar. Corren un Dakar literalmente en ojotas y remera". 

"Corren un Dakar sin casco, sin botas, sin nada, en lugares donde no se puede. Todo por sentir adrenalina. Lo mismo pasaría si esta gente decide jugar a la ruleta rusa en familia para sentir adrenalina. Y se juntasen todos los días a jugar con una bala en el tambor a ver quién se pega el tiro", agregó en diálogo con Clarín. 

De acuerdo a lo que remarcó el funcionario del Intendente Martín Yeza, ambos accidentes fatales ocurrieron en un sector, bien señalizado, al que está prohibido acceder con esos vehículos. Ninguno de los mencionados llevaba casco. Los vecinos aseguran que los controles en la zona son deficientes.