Huggies cerró su planta en Pilar y dejó a 220 familias en la calle: "Te dejan sin sustento de un día para el otro"
El cierre fue sorpresivo. Los empleados recibieron telegramas de despido el sábado. El gremio habla de una medida "injusta y sin diálogo".
El abrupto cierre de la planta de Kimberly-Clark en Pilar dejó en la calle a 220 trabajadores, generando una fuerte reacción del Sindicato de Papeleros y movilizaciones frente a la fábrica. La decisión fue comunicada de forma inesperada el sábado 7 de junio, a través de telegramas de despido, y cayó como un baldazo de agua fría entre los empleados, que venían de días de inactividad por “tareas de mantenimiento”.
Según relató Diego Lijo, secretario adjunto del Sindicato de Papeleros de Beccar, la empresa nunca anticipó que iba a cerrar la planta. “El sábado nos convocaron para anunciar el cierre y el traslado de las máquinas a San Luis”, contó en declaraciones publicadas en el medio especializado Red Gremial. Además, advirtió que el 75% de los despedidos tiene más de 10 años de antigüedad, lo que agrava aún más la situación social de las familias afectadas.
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La compañía, responsable de marcas como Huggies, Kotex y Kleenex, argumentó que el cierre forma parte de una estrategia de “optimización y crecimiento sostenible”, concentrando la producción en su planta de San Luis, donde ya trabajan 400 personas y se prevé una inversión de 15 millones de dólares en los próximos tres años.
Pero desde el gremio rechazan la explicación. Denuncian que no hubo instancias de diálogo ni alternativas previas, y recuerdan que no es la primera vez que Kimberly-Clark toma este tipo de decisiones sin consenso. En 2018, la firma ya había cerrado su planta en Bernal, dejando a 200 empleados sin trabajo.
El lunes 9 de junio, los trabajadores se movilizaron frente a la planta ubicada en el Parque Industrial de Pilar, exigiendo una audiencia urgente en el Ministerio de Trabajo bonaerense. “Sabemos que es una multinacional y que la decisión parece irreversible. Pero apuntamos a garantizar indemnizaciones justas y contención para los compañeros”, sostuvo Lijo.
La noticia encendió las alarmas en todo el sector gremial. ATE y la CGT expresaron su apoyo a los trabajadores despedidos y alertaron sobre el impacto que estas medidas tienen en el actual contexto económico. “Te dejan sin sustento de un día para el otro”, lamentó uno de los operarios que participó de la protesta.
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