IOMA, sin respuestas en Tandil: afiliados denuncian que solo acceden a una clínica y deben pagar por atención médica
Vecinos aseguran que la cartilla es "una mentira" y que, pese a los descuentos por obra social, deben pagar consultas, estudios y hasta cirugías. Exigen que el Estado garantice el acceso real a la salud.
Tandil se convirtió en uno de los focos más críticos de los reclamos contra el IOMA, la obra social bonaerense que, según denuncian sus propios afiliados, no logra garantizar el acceso a la salud. La situación llegó a la pantalla de LN+, donde vecinos autoconvocados contaron en el programa La Cornisa que “atenderse con la ACEAPP es una ruleta rusa”.
La Asociación Civil de Establecimientos Ambulatorios y Policonsultorios Privados (ACEAPP) desembarcó en Tandil en marzo de este año para reemplazar a la gerenciadora “23 de Diciembre”, que había sido la intermediaria entre IOMA y el Círculo Médico local desde noviembre de 2021. Pero el cambio no trajo soluciones.
“Cuando llegó a Tandil, ACEAPP presentó una cartilla falsa con médicos que nunca estuvieron adheridos al IOMA”, denunció Ana María Díaz, una de las afiliadas que integra el grupo de vecinos que reclama desde hace semanas por la falta de cobertura.
“Hoy nos preguntamos por qué no tenemos médicos, por qué no tenemos clínica, por qué el Sanatorio Tandil no nos atiende, por qué no llegan las prótesis, por qué no se les paga a las ortopedias, a los acompañantes terapéuticos, y a tantos otros profesionales”, agregó.
Otro afiliado, Alberto Molina, fue aún más contundente: “Tener una gerenciadora es como tener una ruleta rusa. Tenés que tener suerte para que te atiendan”.
De acuerdo a lo que publicó el medio local La Voz de Tandil, hoy por hoy, la Clínica Chacabuco es el único centro donde los afiliados pueden atenderse, pero también recibe pacientes de PAMI, lo que hace que los turnos y las camas sean escasos. En ese contexto, muchos terminan pagando consultas particulares o acudiendo a policonsultorios que también registran demoras.
El caso de Blanca, una docente afiliada, evidencia la falta de control interno de la obra social. “Me descuentan todos los meses, pero cuando fui a usar la app, estaba inhabilitada. Jamás pensé que, si me descuentan, podía no estar afiliada”, relató. “Estamos esclavizados. No puedo desregular mis aportes. Si pudiera elegir, me iría. Los bonaerenses necesitamos que IOMA funcione mejor”, cerró.
La crisis no es exclusiva de Tandil. En distintas ciudades de la provincia de Buenos Aires, los usuarios de IOMA denuncian falta de pagos, demoras en turnos, cobertura médica restringida, falta de prótesis, insumos oncológicos que no llegan y una profunda desorganización administrativa.
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