Precios Congelados en los pueblos: Controles "ilegales" y grandes supermercados como únicos favorecidos en el interior
En los pueblos rurales, en las pequeñas localidades y en los 120 distritos con población menor a 100 mil habitantes, los almaceneros ven con impotencia como los clientes se vuelcan a los grandes supermercados de la región por la imposibilidad de poder competir con los precios. Los comercios chinos, además, padecen los controles de militantes que desconocen los alcances del acuerdo del Gobierno. Una medida anunciada para los más pobres que beneficia a los más ricos.
POR CHRISTIAN THOMSEN HALL
En su carrera a contrareloj para intentar revertir la rotunda derrota en las PASO, en los últimas días el gobierno lanzó "Precios Cogelados", un programa que tiene la imperiosa necesidad de mostrar la desaceleración del aumento de precios de más de 1000 productos. Los tiempos apremian y en época de elecciones era urgente mostrar una política de gestión destinada a aliviar los bolsillos. Todo ese combo derivó en que el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, resolviera congelar los precios sin un acuerdo con los referentes de las industrias de la alimentación.
En consecuencia, la semana pasada desde Nación anunciaron que por 90 días los valores de más de 1000 productos quedaban con el mismo precio del primero de octubre de este año. Lo curioso de esta historia es que una medida anunciada para alcanzar a la población más pobre, terminó beneficiando a los sectores concentrados más ricos: Mientras los grandes formadores de precios, que son los supermercados, acordaron una extensa lista de precios al público, los comercios de cercanía tuvieron que adaptarse "por imposición" a las nuevas reglas de juego en las que -claramente- salen perdiendo.
Esta situación se agrava mucho más en los pueblos rurales, en pequeñas localidades que no llegan a 10 mil personas y en los 120 distritos con población menor a 100 mil habitantes. Allí existe apenas un supermercado de referencia en toda la región, que acapara todo el poder de venta en la zona. Comercios minoristas y supermercados chinos, que no fueron alcanzados por los acuerdos del Gobierno, ven con impotencia como la clientela empieza a volcarse a los grandes hipermercados y en medio del descalabro, comienzan a temer la imposiblidad de pagar sueldos y alquileres en sus locales.
"Almacenes, autoservicios, supermercados chinos y todo lo que refiere a comercios de cercanía, no han suscripto a ningún acuerdo con el Gobierno. Estos pequeños comercios se van adaptar al programa en tanto y en cuanto los precios que lleguen sean realmente los que indica el Gobierno y dejen un margen de ganancia lógico y razonable. La realidad es que los productos que los comerciantes de pueblo deben comprar están siendo superiores al valor del precio de venta que impone el Gobierno", explicó a LaNoticia1.com Miguel Calvete, Presidente del Instituto de Estudio de Consumo Masivo.
El además Vicepresidente de la Confederación de Comercio y Servicios de la República Argentina, indicó que muchos comercios de pueblo "están optando por comprar productos alternativos por fuera del listado acordado por el Gobierno", para intentar al menos competir contra los supermercados. "Los comercios de cercanía necesitan vender de manera tal que les quede un margen lógico de ganancia para poder seguir manteniendo el negocio, ya sea pagando alquileres o sueldos, en caso de tener algún empleado", remarcó Calvete ante nuestros micrófonos.
Por si fuera poco, en muchos distritos del Conurbano y el interior de la provincia de Buenos Aires, gran cantidad de militantes, dirigentes y activistas sociales, colmaron los supermercados chinos para relevar los precios y sacar fotos de campaña, desconociendo que este sector no estaba alcanzado por el acuerdo del Gobierno y generando situaciones de tensión y desoncierto entre los propietarios de los comercios. Así lo advirtió en LaNoticia1.com, Yolanda Durán, presidenta de la Camara empresarial de desarrollo argentino y paises del sudeste asiático (C.E.D.E.A.P.S.A).
La titular de la Cámara de supermercados chinos denunció que durante el fin de semana fueron amedrentados por los inspectores y que muchos supermercadistas "están asustados con el control de los militantes". "Todas las fuerzas vivas fueron a controlar, en grupos de 10 a 15 personas, en locales de apenas 150 metros cuadrados. Esto ocurrió en Quilmes, Lomas de Zamora, La Plata, La Matanza, José C. Paz, San Miguel, San Pedro y en muchas localdiades del interior de la Provincia, donde el desconcierto y la falta de información es total", explicó Durán, quien tildó de "ilegales" este tipo de controles.
"Lo que estamos viviendo en los distintos supermercados chinos es un atropello, una falta de respeto y una humillación por parte de sectores que vienen a inspeccionar un programa, desconociendo que el mismo no tiene aplicación en nuestro sector", sentenció Yolanda Durán. Por su parte, Miguel Calvete dejó en claro que hasta el momento, "el Gobierno nunca se notificó formalmente respecto de quienes están autorizados para efectuar los controles de precios" y recordó que "los que si tienen la potestad de hacerlo son los inspectores de la Secretaría de Comercio de la Nación".
Por último, desde los sectores que no fueron alcanzados por los acuerdos del Gobierno manifestaron que hay una "competencia desleal" por parte de los grandes supermercados. "En las cadenas no se ve porque la gente paga y se va. Pero en los almacenes de pueblo, el cliente nos tira la bronca cada vez que sufrimos un aumento. Ahora el Gobierno nos dice que la solución es ofrecer productos a precios que con suerte, dejan un 2 o 3 por ciento de rentabilidad", se quejó en LaNoticia1.com Fernando Savoré, Presidente de la Federación de almaceneros de la provincia de Buenos Aires (FABA).
En ese marco, contó detalles de la reunión que mantuvieron desde su sector con la Subsecretaria de Comercio Interior de Nacion, Débora Georgi. "Fuimos con números a explicarle que esto es inviable. Según el programa Precios Congelados, hay productos que tenemos que vender al costo y otros que adquirimos a un valor aún más caro del que sugieren que lo vendamos. Además, por si faltaba algo, los pocos productos que dejan algún punto de ganancia, no están siendo entregados por los mayoristas a los almaceneros y comercios minoristas. Así es imposible", concluyó.
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